Sal y potasio en enfermedades cardiovasculares
Sal (sodio)
Las evidencias disponibles indican que las personas que consumen más frutas y verduras tienen menor prevalencia de hipertensión y de otros factores de riesgo cardiovascular como obesidad y diabetes tipo 2. El estudio DASH ha demostrado que una modificación del patrón de alimentación, incrementando la ingesta de frutas, vegetales, pescado azul, cereales integrales y frutos secos, y reduciendo la de grasa, carne roja y dulces, es capaz de disminuir la presión arterial en pacientes normotensos y de forma similar a la lograda con medicación. Los beneficios de esta alimentación tipo DASH sobre la salud podrían atribuirse a su riqueza en calcio, potasio y también al elevado contenido de compuestos fitoquimicos (flavonoides, beta-carotenos, licopeno, fitoesteroles, etc.) aportados por su riqueza en frutas y verduras.
La disminución de la ingesta de sal (sodio) en la alimentación mejora las cifras tensionales en personas hipertensas, reduce el empleo de medicación en personas hipertensas, y previene la aparición de hipertensión en personas con riesgo elevado de presentarla. Quitar el salero de la mesa puede hacer reducir la tensión arterial entre 2-8 mmHg. Existe una variabilidad genética en la respuesta a la sal de la alimentación que hace que aproximadamente el 50% de la población respondan a la restricción de sal, mientras que la otra parte de la población respondan peor o no lo hagan.
Las fuentes de sodio proceden de la sal común (salero), de alimentos a los que se les ha añadido sal (salazones, salmueras, olivas), de aguas minerales con gas, de algunas medicaciones, y de los aditivos alimentarios que añade la industria alimentaria. Durante el procesamiento de los alimentos pueden añadirse ingredientes (aditivos) con el objeto de mejorar su sabor y ayudar a su conservación. Los aditivos están en alimentos precocinados dispuestos para su consumo inmediato, las sopas concentradas y los cubitos para preparar caldo, pero también en otros alimentos poco relacionados aparentemente con un aporte adicional de sodio a la alimentación como caramelos, productos de bollería, helados, goma de mascar, turrones, galletas y mazapanes.
Las recomendaciones en individuos hipertensos y en individuos no hipertensos pero con riesgo de tenerla como diabéticos y obesos son las siguientes:
- Moderación de sal en todos los pacientes hipertensos sometidos a un tratamiento con pastillas para la hipertensión porque, en general, los fármacos pierden parte de su eficacia cuando el paciente ingiere un exceso de sal.
- Limitar la cantidad de sal añadida en los procesos de cocción.
- Evitar o limitar los alimentos con alta cantidad de sodio: salazones, salmueras, conservas, aceitunas, aperitivos salados, alimentos precocinados, aguas gasificadas, quesos curados, embutidos, etc.
- Leer las etiquetas de los alimentos envasados. Bajos en sodio son los que contienen menos de 140 mg de sodio (6 mEq) por ración.
- Utilizar otros potenciadores del sabor como substitutos de la sal en la preparación de los alimentos: vinagre, limón, ajo, cebollas, especias o hierbas aromáticas.
- No tomar aguas minerales con gas y vigilar la composición en las demás.
Pueden utilizarse las sales de potasio, pero debe irse también con precaución en su uso pues, aunque contienen un 50% menos de sodio, siguen aportando sodio y no deberían usarse cuando el paciente esté en tratamiento con fármacos diuréticos ahorradores de potasio y con los fármacos inhibidores de la enzima conversora de angiotensina (IECA).
Los beneficios derivados de estas medidas dependerán de su cumplimiento a largo plazo. Restricciones muy severas se cumplen poco, por lo que, como regla general, no hay que restringir sino moderar el consumo de sal.
Potasio
Tal como se comentó antes al hablar de la alimentación tipo DASH, el consumo de potasio hace bajar la presión arterial. Por ello, otras medidas dirigidas a regular el control de la presión arterial son el incremento del potasio ingerido, aunque la estrategia preferible es el aumentar el consumo de alimentos ricos en potasio (frutas y verduras) y no el empleo de suplementos de potasio.
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