Resumen del contenido
Lo ideal es aprender a disfrutar del sabor de los alimentos tal cual son, y en el caso de querer “alegrarlos”, elegir opciones que los realcen y les confieran propiedades saludables. Aquí te mostramos algunas, fáciles y deliciosas. Descubre qué te aportan y cómo puedes disfrutarlas:
Pesto: un aderezo saludable
La salsa pesto se caracteriza por ser una salsa simple a base de aceite, parmesano, albahaca, ajo y piñones. En ocasiones, se usa también el queso pecorino. El aceite de oliva le confiere sabor, untuosidad y contiene ácidos grasos monoinsaturados, aliados del corazón. El parmesano contribuye a darle cremosidad y sabor y aunque contiene grasas, también aporta una buena cantidad de calcio.
La albahaca, por su parte, le confiere el aroma característico y los piñones acaban de poner la guinda también con grasas cardiosaludables y potasio. El ajo no debe destacar en esta salsa pero también es un ingrediente presente y nutritivamente interesante.
Una salsa ideal para nuestros platos de pasta que, con moderación, todos podemos disfrutar.
Las vinagretas más frescas
Más sencillo imposible. Preparar una vinagreta puede hacerse simplemente con la mezcla de aceite y vinagre. Ahora bien, podemos complicarla o sofisticarla tanto como queramos. Te contamos algunas opciones:
- Se le pueden añadir frutas que le confieren aromas muy interesantes y mucha frescura, por ejemplo frambuesas, naranja, etc., así como frutos secos, una opción más calórica pero también muy nutritiva y saludable.
- Otra posibilidad es la miel que, a nivel nutritivo le añade azúcares, y a nivel organoléptico una textura sin igual. Disfrútalas en todo tipo de ensaladas (verdes, de pasta, de legumbres, de arroz…) y prueba diferentes opciones.
Más sencillo imposible, preparar una vinagreta puede hacerse simplemente con la mezcla de aceite y vinagre, ahora bien, podemos complicarla o sofisticarla tanto como queramos.
Mostaza: un sabor intenso
La salsa de mostaza es una mezcla de sabor intenso, lo que nos permite obtener mucho sabor con poca cantidad. Como las salsas comerciales pueden resultar mucho más calóricas, podemos intentar prepararla en casa, pues no resulta complicado. Se trata de combinar granos o semillas de mostaza (previamente macerados o hervidos) con diferentes ingredientes: vinagre, vino, algún producto azucarado como sirope de arce o azúcar disuelto, y especias como la cúrcuma… Es ideal para dar sabor a platos de carne y pescado.
Opción muy ligera: tomate, cebolla y albahaca
Como sucede con todas las recetas populares, hay tantas formas de hacer sofritos como personas que los preparan. Pero la base de uno tradicional suele ser ésta: cebolla, tomate y aceite, a los que podemos añadir hierbas aromáticas al gusto.
En cuanto al aceite, lo ideal es elegirlo de oliva virgen para que resulte más cardiosaludable. El sofrito se puede añadir como base de muchos platos: desde arroces y legumbres, a carnes o pescados.
Salsa con limón: antioxidante
Un alimento muy fresco y aromático es el limón. Además nos proporciona vitamina C, con propiedades antioxidantes, potasio y, según la parte que usemos, puede que incluso tomemos algo de fibra (si utilizamos la piel o la pulpa, conviene elegir piezas de cultivo ecológico).
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Lo que debes saber…
- Un aderezo proporciona sabor, pero también puede aportar unas propiedades nutricionales que debemos valorar a la hora de elegirlo.
- Cuando hablamos de salsas, no sólo nos referimos a un aderezo basado en grasas o aceites, pues la base también pueden ser hortalizas, hierbas aromáticas, etc.
- El pesto es contundente, pero buena fuente de calcio y ácidos grasos monoinsaturados; mientras que las vinagretas o salsas a base de tomate o limón son más ligeras y antioxidantes.