Resumen del contenido
Llegan las vacaciones y con ellas los viajes en pareja, con familia, solos, con amigos… A veces, simplemente nos desplazamos unos cuantos kilómetros para ir a la costa, a la montaña, a visitar una ciudad o para ver a la familia. Pero en otros casos, nos embarcamos en viajes más largos y para ello, nos movemos en tren, barco, avión… ¿Y qué relación tiene todo esto con la alimentación? Pues que podemos llevar comida en la maleta y, si es el caso, debemos tener en cuenta algunas consideraciones sobre su transporte.
Qué comida en la maleta llevamos para el trayecto
- La comida que escojamos debe ser fácil de transportar, no demasiado voluminosa ni muy pesada.
- Debemos “envasarla” bien, envolviéndola en papel, tela o cobertura específica de forma que no desprenda jugo ni aceite. Otra opción es poner la comida en un envase que cierre bien y no se rompa ni pese en exceso. A poder ser, escogeremos un recipiente que nos sea útil el resto del viaje, pues de lo contrario, más vale que escojamos algo pequeño o de lo que nos podamos desprender.
- Es preferible escoger alimentos que podamos conservar a temperatura ambiente para ahorrarnos complicaciones. Si llevamos alimentos que han de mantenerse en frío necesitaremos una bolsa especial, e incluso hielo. Si de lo contrario escogemos comida que se debe mantener caliente requeriremos de un termo, que también es una una opción si luego lo utilizamos.
- Además, si elegimos productos que podemos consumir a temperatura ambiente nos ahorramos otro problema, ya que podemos abrir y consumir, sin que haga falta mantener en termo ni pedir que nos lo calienten, etc.
Algunos ejemplos
- Bocadillos no aceitosos (descartamos, el atún en aceite, las tortillas), como el jamón, queso, vegetal con pimientos, rúcula, láminas de tomate y pollo…
- Los zumos o cremas vegetales que podamos mantener unas horas a temperatura ambiente como el zumo de tomate o la crema de zanahoria…
- Fruta fresca
- Bastoncitos de pan
- Yogures si no van a estar mucho rato fuera de nevera, o postres lácteos que no necesiten frío, etc.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que, si hacemos el trayecto con determinados alimentos y cruzamos alguna frontera, puede que los debamos entregar antes de poder comerlos. Sería el caso de la fruta fresca, embutidos elaborados a base de cerdo y en general con productos frescos.
Qué comida podemos llevar en la maleta para consumir en nuestro destino
Cuando viajamos es aconsejable que, además de visitar lugares y monumentos interesantes, conozcamos nuevas gentes y su forma de vivir, lo cual también incluye su gastronomía. Eso implica consumir productos locales y olvidarnos de transportar comida. Otra cosa es que, por temas prácticos y/o económicos, o por algún motivo de salud específico que lo requiera, como puede ser una alergia, decidamos llevar algo de comida en la maleta para nuestra estancia en el lugar de vacaciones. Entonces, deberemos tener en cuenta:
- Llevar alimentos poco perecederos, pues de lo contrario puede que no soporten bien el viaje y no se conserven bien durante muchos días.
- Trasportar productos bien envasados, que se mantengan a temperatura ambiente para que podamos disfrutar de ellos en nuestro destino sin riesgo de padecer una toxoinfección alimentaria por haberlos conservado mal.
- Es preferible escoger productos envasados al vacío, o que se conserven bien en recipientes simples.
- Mejor si son alimentos realmente útiles y prácticos, que nos saquen de un apuro o nos solucionen una necesidad durante el viaje.
Algunos ejemplos
- Aceite (debidamente envasado en envase grande y adecuado o en monodosis)
- Frutos secos
- Fruta desecada o deshidratada (que es diferente a confitada o azucarada)
- Tostaditas
- Barritas de cereales
- Leche en polvo
- Cereales en copos
- Embutido o jamón curado envasado al vacío
- Productos liofilizados
- Preparados para sopa…
Los alimentos y las fronteras
Cuando se trata de traspasar fronteras, debemos tener en cuenta que existen normativas específicas que regulan la introducción de productos alimentarios en los diferentes países. Conviene repasarlas si queremos llevarnos comida en la maleta para que no tengamos que dejarla por el camino. Y es que, cada país o zona comunitaria tiene su propia normativa, que además puede verse modificada por la aparición de brotes puntuales de determinados problemas de salud vinculados a cierto alimento o ingrediente. Por ello, si queremos transportar alimentos no está de más informarse al respecto, para poder saber qué podemos llevar y qué no y en qué condiciones.
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