El reto de cocinar para toda la familia
Resumen del contenido
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¿Sencillo o terriblemente complejo?
Ya desde la situación más sencilla, como pueda ser una pareja sin problemas de salud ni situaciones fisiológicas especiales, se presentan diferencias si cada uno de los miembros presenta diferente nivel de actividad física. La cosa se complica en las familias en las que se cocina para niños pequeños, adultos y personas mayores, si además algún miembro presenta problemas de salud, otro realiza actividad deportiva intensa, otro presenta alergias alimentarias y otro está a dieta de adelgazamiento… Entonces la situación en la cocina puede convertirse en un caos. Por ello, procuraremos establecer unas recomendaciones de ayuda. Lo primero que conviene hacer es simplificar las cosas tanto como podamos y esto significa ir desde los alimentos base de la comida a los complementos.
Las alergias e intolerancias mandan
Cuando en una casa hay una persona alérgica o intolerante a algún alimento probablemente la opción más práctica sea realizar una alimentación general que no contenga el alérgeno en cuestión. De esta forma, nos evitaremos el riesgo de contaminaciones cruzadas. El inconveniente más común suele ser que se dispara el presupuesto familiar al tener que comprar ciertos alimentos especiales. Si el alimento puede estar bien separado y consumirse a parte como pueda ser una fruta o un fruto seco las personas no alérgicas pueden incorporarlo a la dieta fuera del menú familiar. En ciertas ocasiones, como la alergia al pescado, no nos quedará otra que cocinar un alimento proteico diferente para la persona en cuestión, algún día de la semana.
La base de la alimentación procuraremos que sea la misma
Debemos pensar en la base de la alimentación y de ahí hacer las “derivaciones”, probablemente, pasta, patatas, verduras, carne, pescado… vayan bien a todos los miembros y según sean sus características deberemos escoger diferentes formas de terminar la cocción o aderezarlos según la persona. Lo ideal sería buscar preparaciones aptas para todo el mundo pero si queremos mayor variedad podemos optar por esta opción. Por ejemplo, mientras que la receta familiar pueden ser unos espaguetis con gambas, ajo y guindillas, para un miembro de la familia con estómago sensible al picante se pueden preparar con gambas y calabacín. O mientras en general se preparan a la carbonara, para la persona que está a dieta se preparan con un salteado vegetal o tomate al natural.
Seguir unas pautas generales
Siempre ayuda tener una guía. Podemos elaborar una pauta semanal que indique simplemente los alimentos base que se van a cocinar ese día y en función del tiempo del que dispongamos, los alimentos de temporada, los comensales, etc. ir variando las recetas con las cuales preparamos esos alimentos. Por ejemplo, lunes: arroz + verduras + huevo. Puede ser una ensalada completa con arroz y un huevo cocido o bien un arroz con tomate y una tortilla de espárragos, o bien un arroz a la cubana y un acompañamiento vegetal, etc.
La educación alimentaria es fundamental
Con la finalidad de lograr una alimentación equilibrada y saludable debemos enseñar desde el primer día a los pequeños a comer variedad de alimentos y tener el hábito de probar cosas nuevas. Esto no siempre es fácil pero debemos ir buscando alternativas para lograrlo tanto como sea posible. Conseguirlo nos facilitará la labor en la cocina pues no tendremos que hacer platos especiales porque “esto no me gusta”.
Debemos entender y respetar que en una familia de varios miembros, salvo en situaciones especiales, no puede pretender comer a la carta. Podremos comer lo que más nos gusta algún día, el día que toca, cuando salimos a comer fuera o en alguna celebración especial, pero en general la alimentación domestica deberá regirse por los principios de la alimentación saludable y adecuarse a la familia primero en temas de salud y situaciones fisiológicas y segundo, en gustos. Se deben dejar los caprichos para momentos puntuales.
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Lo que debes saber…
- Es fundamental pensar en la base de la comida y a partir de ahí, si necesitamos realizar un tipo de preparación o aderezo distinto, según quien lo vaya a consumir.
- En caso de alergias o intolerancias haremos comida sin el producto en cuestión para toda la familia, siempre que sea posible.
- Una educación alimentaria adecuada y desde el primer día, así como trabajar la comprensión y el respeto en familia, son los mejores ingredientes para cocinar para todos con tranquilidad.
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