Cada vez muestra más interés por todo lo que le rodea. Ya no existen sólo sus padres y hay todo un mundo por descubrir. Su expresividad también denota que está madurando a pasos agigantados y es capaz de expresar su alegría, preocupación, sorpresa y miedo. Es muy recomendable que imitemos esas manifestaciones de sentimientos y les pongamos nombre: “¡Qué contento estás!”
Hora de establecer rutinas
Durante esta etapa son muy importantes la adquisición de las rutinas, al bebé le gusta anticiparse a lo que pasará y le da mucha seguridad saber qué es lo que toca en cada momento: comida, paseo, baño, siesta.
También es interesante que el niño vaya aprendiendo la diferencia entre día y noche. Durante el día hay luz, ruido, canciones y movimiento; en cambio, por la noche, todo es más tranquilo; si se despierta a comer hay luz tenue, no hay juegos ni canciones animadas.
La comunicación
Como en todas las etapas del desarrollo la parte afectiva y la comunicación con el niño son importantísimas. Ahora el bebé reclamará más su atención porque su interacción con los miembros de la familia ha crecido. Es normal y saludable para su bebé que lo atienda cuando reclama su presencia, también es una manera de demostrarle que mamá o papá están cuando los necesita. Darle atención puede hacerse de muchas formas: hablándole, cogiéndole, meciéndole, mirándole y haciendo una carantoña o cantando una canción mientras los papás están haciendo otra tarea.
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- La expresividad madura cada vez más, ya puede mostrar: alegría, preocupación, sorpresa y miedo.
- Es importante establecer rutinas y que vaya diferenciando entre el día y la noche.
- El bebé interacciona más con la familia y pide más atención.