La salida de dientes en un bebé, ¿da fiebre?
Resumen del contenido
Número de Colegiado: 080837440 | Licenciada en Medicina y Cirugía por la UAB. Especialista en Pediatría y sus áreas específicas. Máster en Alergología, inmunología y neumología pediátrica (UAB).
¿Qué síntomas están relacionados con la dentición?
Los síntomas durante la dentición en un lactante pueden ser desde inexistentes (y que un día los padres se lleven una sorpresa al notar algo blanquito que raspa en la encía), hasta presentar síntomas más intensos con bastantes molestias, estando los bebés más llorones e inquietos, con más despertares nocturnos, molestias a la hora de la alimentación por la sensibilidad de la encía inflamada, más babeo y mordiendo con fuerza todo lo que está a su alcance.
En algunos niños, la pieza dental produce un pequeño hematoma en la encía poco antes de salir: no hay que alarmarse, ya que el diente de leche terminará saliendo sin problemas.
En algunos niños puede dar algo de febrícula y de forma puntual. Pero si hay fiebre >38ºC o el niño está decaído, presenta vómitos, diarreas, etc, deben acudir a su pediatra para descartar un proceso infeccioso. Hay que tener en cuenta que la erupción dentaria ocurre en niño menores de 3 años, casi de forma continuada desde que erupciona el primer diente, coincidiendo con una época de su vida en que van a tener infinidad de procesos infeccioso, la mayoría víricos, que producen fiebre.
¿Cómo se trata?
La salida de los dientes es un hecho normal en la especie humana, y por ello no hay que medicalizar sistemáticamente ni es necesario acudir al pediatra si nos hay otros síntomas asociados.
No obstante, si el niño está molesto y le impide dormir correctamente, se puede administrar de manera puntual un analgésico a las dosis habituales (paracetamol o ibuprofeno) en forma de jarabe (vía oral). En ningún caso se debe aplicar sobre las encías.
Durante el día, se pueden facilitar mordedores o el chupete, y si están fríos (ponedlos en la nevera), mucho mejor. Se puede dejar que muerdan otras cosas, pero que sean objetos seguros. Nunca debemos dejar que muerdan objetos que se puedan fragmentar, como por ejemplo una zanahoria cruda (por el riesgo de atragantamiento).
¿Qué NO tenemos que usar?
- Tratamientos tópicos en forma de geles para aplicar sobre las encías de estos bebés, que en España eran populares hace años y que aún se venden en otros países. Suelen contener un anestésico local, la benzocaína, que puede ser muy peligrosa en el bebé al producir una enfermedad llamada metahemoglobinemia. Estos geles están totalmente desaconsejados en el uso de bebés.
- Collares de ámbar. No hay ninguna evidencia científica de que estos collares alivien nada y sí la hay de su peligrosidad: asfixia por atragantamiento o por estrangulaciones, como cualquier objeto colocado alrededor del cuello.
- Otras falsas creencias son pulseras y anillos para los bebés durante la dentición. Son bulos y leyendas urbanas, sin ninguna evidencia científica, también desaconsejados.
¿Conclusión?
La revisión de estudios fiables sobre la erupción dental en los bebés concluyen que lo que realmente calma las molestias es la presión ejercida sobre la encía que hace el propio bebé al morder. Por lo tanto, fuera bulos y remedios milagrosos que no sólo no sirven de nada sino que pueden acarrear desenlaces fatales. Lo mejor es utilizar métodos físicos (presión, frío) y en algún caso administrar paracetamol o ibuprofeno vía oral a la dosis adecuada para el peso del niño.
Si el estado general del niño está afectado, tiene fiebre, está excesivamente irritable o decaído o tiene otros síntomas, debe acudir a su pediatra ya que no será por la dentición y habrá que buscar otro origen.
Lo que debes saber…
- Si un lactante presenta fiebre mantenida superior a 38ºC no debemos achacarlo a los dientes sin más y debemos buscar una causa que justifique esa subida de temperatura.
- La salida de los dientes es un hecho normal en la especie humana, y por ello no hay que medicalizar sistemáticamente ni es necesario acudir al pediatra si nos hay otros síntomas asociados.
- Lo mejor es utilizar métodos físicos (presión, frío) y en algún caso administrar paracetamol o ibuprofeno vía oral a la dosis adecuada para el peso del niño.
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