¿Cómo cuidar el ombligo y el cordón umbilical del bebé?
Resumen del contenido
Pediatra, experta en acupuntura y nutrición oncológica. Actualmente lidera la Unidad de Oncología Pediátrica Integrativa del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. Ha sido pionera en España desarrollando la acupuntura infantil como un procedimiento médico complementario, seguro e indoloro. Compagina su trabajo con la docencia.
Durante el embarazo, madre e hijo están unidos por el cordón umbilical. A través de él la madre suministra al bebé el oxígeno y los nutrientes necesarios para crecer correctamente.
Qué es el cordón umbilical
El cordón umbilical es la estructura que une al bebé con su madre durante la gestación y va desde el ombligo hasta la placenta. Está formado por vasos sanguíneos que sirven para intercambiar sustancias entre la madre y el feto. Por esta vía le llegan al feto el alimento y el oxígeno. Al nacer el bebé puede respirar y alimentarse por sí mismo, por lo que el cordón umbilical no es necesario y se corta.
La importancia del cuidado del cordón umbilical
El cuidado del cordón umbilical comienza en el momento del nacimiento. Después del parto, el cordón se pinza para evitar que sangre y luego se corta a unos 4 centímetros del abdomen con material estéril. El trozo de cordón sobrante se sujeta con un clip especial de plástico.
Tras este proceso el cordón tiene que cicatrizar. Los cuidados son importantes porque los gérmenes de la piel pueden infectarlo. Mantenerlo limpio y seco es básico para evitar problemas y favorecer su caída.
Al principio tiene un aspecto gris, brillante y gelatinoso. Con el paso de los días se va secando y oscureciendo de color hasta que cae por sí solo en las dos primeras semanas de vida (hay casos en los que puede tardar más, como los niños nacidos por cesárea). El cordón un proceso de autodestrucción sin infección, que culminará con el desprendimiento del resto del cordón. La cicatriz que queda tras la caída del cordón umbilical es lo que llamamos ombligo. La herida que queda cicatrizará en tres o cinco días después de la caída del cordón.
Curas del cordón
A lo largo del tiempo se han empleado diversos productos para el cuidado del cordón umbilical: soluciones antisépticas tópicas (clorhexidina 4%, alcohol 70°, sulfadiazina de plata, etc.), incluso, antibióticos tópicos (bacitracina, mupirocina).
El uso de este tipo de curas con soluciones antisépticas o antibióticas tópicas se recomienda en aquellas situaciones en las que la atención neonatal y las medidas higiénicas sean deficitarias.
Mientras no se caiga, el ombligo debe estar seco, protegido y tapado. Antes se aconsejaba bañar al bebé por partes, para evitar que se mojara el ombligo cuando todavía no se había caído el cordón. En cambio, actualmente, se recomienda bañar al bebé con agua y jabón, y secarlo muy bien.
Actualmente, en los países desarrollados donde existe una adecuada atención sanitaria y unas buenas medidas higiénicas, no se ha constatado que estos métodos mencionados sean mejores que la limpieza del cordón con agua y jabón y secarlo bien después.
Parece ser que el empleo de antisépticos y antibióticos locales puede retrasar la caída del cordón, ya que interfiere con el proceso normal de cicatrización.
Recomendaciones
- Lavarse bien las manos con agua y jabón antes de su cuidado.
- Limpiar la zona del cordón con agua tibia y jabón neutro. Posteriormente secarlo bien con una gasa estéril.
- Se puede ayudar a mantener seco el cordón con una gasa limpia y seca que lo envuelva, recambiando la gasa con los cambios de pañal.
- Si en los cambios de pañal la gasa está pegada al cordón, no tirar de ella, sino humedecerla con un poco de agua y jabón para desprenderla fácilmente.
- Al poner el pañal ayúdate de este para sujetar la gasa.
- También se puede dejar la pinza del cordón umbilical fuera del pañal para que se airee.
- Realizar esta cura de tres a cuatro veces al día, aprovechando los cambios de pañal o siempre que se haya ensuciado.
- El cordón se debe caer por sí solo, no se debe estirar o arrancarlo antes de tiempo. Una vez que se haya caído hemos de continuar limpiando el ombligo hasta que esté bien seco (aproximadamente una semana más). No se aconseja utilizar yodo ni mercromina.
Cuándo consultar con el pediatra
- Si la caída del cordón umbilical se retrasa más de cuatro semanas: el pediatra debe valorar si se trata de una infección, de una maceración por humedad o de alguna alteración inmunológica.
- Si sale líquido o sangre del cordón o del ombligo: la presencia de unas gotitas de sangre son normales y aparecen al desprenderse el cordón. Si el sangrado es abundante puede deberse a un traumatismo o a alteraciones de la coagulación.
- Si cordón umbilical desprende mal olor: puede ser un signo de infección como la onfalitis. Además si la zona del ombligo parece enrojecida, la base del cordón supura o el bebé tiene fiebre pueden ser signos de alarma de una infección.
- Si tras la caída del cordón queda alguna zona roja y brillante (granuloma umbilical): el pediatra suele prescribir un tratamiento específico como el nitrato de plata.
- Si aparece un bulto blando en el área umbilical: puede ser una hernia que debe ser valorada por el pediatra o cirujano pediátrico.
Los recién nacidos vienen sin libro de instrucciones y debemos aprender a prevenir y detectar cualquier problema que pueda afectarles, por eso los seguros de MAPFRE Salud incluyen en sus coberturas el programa del niño sano:
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Lo que debes saber…
- Los cuidados son importantes porque los gérmenes de la piel pueden infectarlo. Mantenerlo limpio y seco es básico para evitar problemas y favorecer su caída.
- Limpiar la zona del cordón con agua tibia y jabón neutro, y posteriormente secarlo bien con una gasa estéril, es el método de limpieza más adecuado.
- Si la caída del cordón umbilical se retrasa más de cuatro semanas: el pediatra debe valorar si se trata de una infección, de una maceración por humedad o de alguna alteración inmunológica.
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