La fimosis una situación del aparato genital de los varones, en la que el prepucio no puede retraerse normalmente sobre el glande.
Causas
A pesar del que el 95% de los recién nacidos presentan fimosis al nacer (fimosis fisiológica) tan solo el 10% de ellos a los tres años tendrán dificultades para bajar la piel del prepucio. Por lo tanto, a los tres años el hecho de que no se pueda retraer el prepucio ya no es una situación normal. La fimosis a esta edad no obliga a realizar una intervención inmediatamente, ya que es muy probable que con el paso de algunos años más la situación se normalice.
A partir de los siete u ocho años el glande debería quedar totalmente descubierto para facilitar su higiene y, más adelante, poder tener una erección sin problemas y relaciones sexuales satisfactorias.
Existe otra situación diferente a la fimosis que se llama adherencias balano-prepuciales. Pueden abarcar toda la superficie del glande o tan sólo una porción. No es una fimosis completa y puede desprenderse con facilidad sin cirugía. Es muy frecuente que en las adherencias se acumulen quistes de esmegma, constituidos por secreciones blanquecinas y grasas del glande. En la mayoría de casos los quistes de esmegma no dan problemas, en otros pueden infectarse.
Tratamiento de la fimosis
El tratamiento es la cirugía pero, podemos intentar evitarla, mediante ejercicios diarios que consisten en bajar la piel del prepucio aprovechando el baño diario. Siempre la retirada de la piel se debe hacer con suavidad para que no sangre ni se formen cicatrices que cerrarán aún más el prepucio. A partir de los 3-5 años se puede añadir una crema de corticoides para dar mayor flexibilidad a la piel del prepucio y evitar así la operación. Siempre tiene que valorar este tratamiento el pediatra.
La edad de intervención quirúrgica de la fimosis se suele realizar alrededor de los siete años de edad. Puede realizarse antes si el niño presenta obstrucción o dificultad para la salida de la orina con infecciones de orina de repetición. También puede realizarse la intervención antes de los siete años si el cirujano pediátrico lo cree necesario.
La operación es muy sencilla, el niño permanece tan solo algunas horas en el hospital. Se aplica una sedación general muy superficial y anestesia local.
Después de la operación es normal que el niño tenga molestias al hacer pipí durante un par de días. En algunas culturas, la circuncisión, se realiza de forma rutinaria a todos los recién nacidos.