Fisura anal en bebés: cómo identificarlas
Resumen del contenido
Pediatra, experta en acupuntura y nutrición oncológica. Actualmente lidera la Unidad de Oncología Pediátrica Integrativa del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. Ha sido pionera en España desarrollando la acupuntura infantil como un procedimiento médico complementario, seguro e indoloro. Compagina su trabajo con la docencia.
¿Qué es?
La fisura anal es una lesión que se produce en la unión entre la piel y la mucosa del ano. Es frecuente en los lactantes.
Causas
La causa más frecuente de las fisuras anales es el estreñimiento. Al defecar, si el niño padece estreñimiento, hace mucho esfuerzo y puede producirse alguna heridita o grieta en la zona anal.
Otras causas menos frecuentes, en niños mayores, son las lesiones por rascado durante la limpieza del ano o bien porque tengan picor en la zona (eccema, parásitos).
Síntomas
Lo más frecuente es que el niño presente sangre en las deposiciones, como hilitos rojos, de sangre fresca. Muchas veces la sangre se observa al limpiar el ano tras la defecación.
Otro de los síntomas frecuentes es el dolor al realizar las deposiciones y la negación a ir al baño para evitar el dolor.
Tratamiento
Se aconsejan baños con agua caliente durante 20 minutos, dos o tres veces al día. Al secar o limpiar la zona no se aconseja frotar, sino hacerlo a pequeños toques.
El tratamiento específico se realiza con pomadas de corticoides aplicándolas dos o tres veces al día. Son recomendables si el niño presenta mucho dolor al defecar o hay mucha irritación anal.
El tratamiento más importante es la resolución del estreñimiento. La dieta es el pilar fundamental: debe ser rica en fibra y en agua. En algunos casos el Pediatra añadirá un laxante al niño para disminuir la consistencia de las heces y ayudar a la defecación sin dolor mientras se cura la fisura.
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