Resumen del contenido
¿Qué es?
Es la deglución de un objeto que no es un alimento. Es un hecho que puede ocurrir a cualquier edad pero es más frecuente entre los 12 meses y 3 años. El niño impulsado por su curiosidad y afán de conocer todo lo que le rodea, se lleva todos los objetos a la boca y, en un descuido, pueden ingerirlos.
Los objetos que con más frecuencia son ingeridos por los niños son monedas, alfileres, pilas de botón, canicas y partes de juguetes.
Síntomas
Del total de cuerpos extraños que son tragados accidentalmente por los niños, el 80% son eliminados espontáneamente por las heces porque pasan sin dificultad por el tubo digestivo.
El riesgo asociado a la ingestión de un cuerpo extraño depende de su tamaño, forma, composición y de dónde quede localizado. Cuando son objetos cortantes o puntiagudos tienen mayor riesgo de producir alguna perforación en el tracto digestivo.
Cuando el cuerpo extraño está alojado en el esófago puede producir dolor en el pecho, dificultad al tragar, tos, rechazo del alimento y aumento de la saliva (sialorrea). En los casos de perforación el niño presentará mal aspecto, fiebre e incluso un cuadro séptico.
Los objetos que quedan en el estómago suelen dar pocos síntomas excepto si perforan la mucosa gástrica, que originan una situación grave y un dolor muy intenso.
La primera prueba que se le realiza al niño es una radiografía, ya que los objetos metálicos se pueden ver donde están localizados y el tamaño que tienen.
Tratamiento
En la mayoría de casos los objetos que se tragan son ovalados, con bordes romos y pequeños por lo que no darán problemas y serán expulsados en las heces en tres o cuatro días ayudados con una dieta rica en fibra.
En el caso de pilas, objetos punzantes y/o cortantes, presencia de dolor, sangre en las heces o bien, si el cuerpo extraño no ha salido en un tiempo prudencial, se deben emplear otro tipo de técnicas.
La técnica más utilizada para extraer cuerpos extraños es la endoscopia. Es un tratamiento sencillo que además nos permite ver como está la mucosa del tubo digestivo; es decir podemos saber si el objeto ha producido algún daño en el esófago, estómago o intestino delgado. Para realizar esta prueba hay que anestesiar totalmente al niño.
Alrededor del 60% de los objetos se encuentran en el estómago en el momento del diagnóstico. En los niños menores de 3 años los objetos de una longitud menor de 3 centímetros pueden salir del estómago sin problemas. Los objetos más grandes, punzantes o cortantes han de extraerse.
El 20% de los cuerpos extraños se quedan anclados en el esófago. Es una situación especialmente peligrosa ya que estos objetos pueden ser aspirados y pasar a la tráquea o perforar el esófago y dañar los órganos próximos: la aorta y la tráquea. En estos casos es muy importante su extracción rápida.
En el caso de la ingestión de pilas de botón hay que tener en cuenta que contienen sustancias altamente tóxicas y corrosivas (mercurio, cinc, óxido de plata, hidróxido sódico o potásico, litio…). Si la pila se abre puede quemar y necrosar la mucosa, produciendo una perforación. Se debe extraer la pila con urgencia mediante una endoscopia.
Prevención
El mejor tratamiento es la prevención, no poniendo al alcance del niño o lactante objetos que, por su pequeño tamaño o toxicidad, puedan ser tragados. Siempre hay que mirar la edad recomendada en los juguetes que compramos a los niños.
La supervisión del juego por parte del adulto y mantener unas medidas de seguridad en el hogar son clave para evitar este tipo de situaciones.