Reflujo gastroesofágico
Resumen del contenido
Pediatra, experta en acupuntura y nutrición oncológica. Actualmente lidera la Unidad de Oncología Pediátrica Integrativa del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. Ha sido pionera en España desarrollando la acupuntura infantil como un procedimiento médico complementario, seguro e indoloro. Compagina su trabajo con la docencia.
¿Qué es?
Es una afectación en la que el contenido del estómago va hacia el esófago en lugar de continuar su camino por el intestino.
Es una situación frecuente en los bebés menores de seis meses. En la mayoría de casos no da problemas ni genera malestar en el bebé. En este caso se llama «Reflujo gastroesofágico fisiológico». El niño gana peso y crece correctamente.
Cuando el reflujo es tan frecuente e importante que repercute en el crecimiento y la salud del bebé se le llama «Enfermedad por reflujo gastroesofágico».
Causas
En los lactantes es normal que presenten un cierto grado de reflujo gastroesofágico, ya que los músculos que cierran la entrada del estómago (cardias) son inmaduros. En estos casos, con el crecimiento y la madurez del niño se resolverá el reflujo sin problemas.
El reflujo persistente con vómitos frecuentes produce una irritación del esófago (esofagitis) que produce molestias al bebé. El reflujo que produce dolor, malestar, pérdida de peso o asma se ha de estudiar y tratar.
Síntomas
Los síntomas de la enfermedad por reflujo gastroesofágico pueden ser:
- Llanto intenso tras las tomas e irritabilidad (hay niños que rechazan la alimentación)
- Vómito
- Tos crónica
- Sibilancias (asma)
- Apneas
- Pérdida de peso
- Crecimiento lento
En la enfermedad por reflujo gastroesofágico el esófago del bebé está lesionado por los ácidos del estómago. La esofagitis produce un dolor muy importante, por lo que rechazan el alimento o lloran intensamente tras la toma; tienen dificultad para la alimentación porque les cuesta tragar. Todos estos problemas hacen que el niño no crezca adecuadamente y pierda peso.
La irritación del esófago puede producir un sangrado leve pero constante en la mucosa digestiva que puede originar una anemia y falta de hierro.
Como el estómago y la tráquea están próximos, el reflujo puede producir que parte del contenido del estómago pase al esófago y sea aspirado a la tráquea; esto puede ocasionar tos crónica, laringitis de repetición, apneas y afonía.
En algunos niños podemos ver alteraciones neuroconductuales como la rumiación (se vuelve a masticar el alimento regurgitado a la boca para volverlo a tragar) y el síndrome de Sandifer: es un espasmo intermitente de los músculos del cuello (como una tortícolis) durante la toma del alimento en los niños con reflujo gastroesofágico.
Diagnóstico
Cuando se sospecha que el bebé tiene reflujo gastroesofágico se pueden realizar diferentes pruebas:
- Radiografía del esófago y estómago con contraste: se le da al niño una papilla que contiene una sustancia que se ve con los rayos X. Se realizan una serie de radiografías en las que se observa el recorrido del alimento por el esófago y estómago.
- PHmetría: mediante una sonda que se ancla en el esófago se determina con qué frecuencia y durante cuánto tiempo los ácidos del estómago llegan al esófago.
Tratamiento
Se deben seguir una serie de normas en la alimentación para dar el mayor bienestar al bebé que padece esta situación:
- Mantenerlo erguido de 20 a 30 minutos tras las tomas.
- A partir de los cuatro meses espesar los biberones.
- Dar de comer poca cantidad pero a menudo
- Existen leches especiales antirregurgitación y medicamentos que ayudan a mejorar los síntomas. Siempre deben ser recomendados y recetados por el Pediatra.
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