Además, desde el punto de vista emocional, la lactancia asegura el establecimiento de un buen vínculo madre-hijo, esencial para el desarrollo como persona independiente y segura. Por este motivo, se recomienda que la lactancia materna sea exclusiva durante los primeros seis meses de vida y se da la opción de alargarla hasta los dos años o hasta que el niño y la madre lo deseen.

¿Por qué «a demanda»?

La alimentación de los mamíferos, como nosotros, es a demanda. La madre debe estar siempre dispuesta a ofrecer el pecho cuando el bebé necesite comer, beber, llore, tenga alguna molestia o quiera estar con su madre. Los bebés quieren mamar cuando hacen movimientos de chupeteo, bostezan, se llevan la mano a la boca o hacen sonidos de llamada. No es necesario esperar a que lloren. No hay  ningún beneficio “educando” el horario de alimentación del bebé durante los primeros meses de vida.

Lactancia a demanda significa ofrecer el pecho siempre que el bebé lo pida (sin contar el número de tomas) y todo el tiempo que pida (sin fijarnos en la duración de cada toma). No es conveniente retirar al bebé del pecho, sino que es preferible que suelte él el pecho espontáneamente. Dando lactancia a demanda se evitan las deshidrataciones, se asegura el aporte calórico adecuado y permite consolar al bebé ante cualquier malestar, dolor o enfermedad.

Hay que aclarar que la demanda es diurna y nocturna. Para evitar que la mamá se canse en exceso por la noche se puede tumbar junto a su bebé para darle el pecho en la cama.

Nutrición emocional

Dar el pecho no es sólo un acto de alimentación física sino que también es una fuente inigualable de nutrición emocional para el niño. Por este motivo, los bebés necesitan agarrarse al pecho no sólo para comer sino también para tranquilizarse. La madre que lacta sabe que tiene en su poder la “varita mágica” para consolar el llanto de su bebé, dormirlo placenteramente y asegurarse que come algo incluso cuando está enfermo.

Consejos para la madre

La demanda hace que durante los primeros meses, mamá y bebé tengan una dependencia absoluta, lo que puede producir cansancio en la madre y/o  falta de sueño. Por este motivo es fundamental que la madre descanse y se cuide con estas premisas básicas:

  • Comer equilibradamente: el aporte de proteínas e hidratos de carbono debe  ser  el adecuado. Es normal que se tenga más apetito ya que la producción de leche consume muchas calorías en la madre.
  • Descansar cuando el bebé duerma: hay que aprovechar los momentos en que el bebé duerme para descansar, echarse alguna siesta y recuperar fuerzas.
  • Hidratarse mucho: la ingesta de líquidos es libre, se tiene que beber “lo que pida el cuerpo”. Sin embargo, hay que evitar las bebidas dulces (refrescos o zumos envasados) que no aportan nutrientes, sólo azúcar.
  • Tomar suplementos especiales para la lactancia: durante todos los meses que se da el pecho es útil tomar suplementos especiales que aseguran unos niveles óptimos de hierro, yodo, calcio y otras vitaminas y minerales beneficiosos para mamá y bebé.

Lo que debes saber…

  • La lactancia debe ser a demanda: cuando el bebé lo pida, las tomas que desee y durante el tiempo que quiera.
  • Dar el pecho también es una fuente de nutrición emocional.
  • La madre para aguantar los primeros meses del bebé deberá comer equilibradamente, descansar siempre que pueda, beber mucho y tomar suplementos especiales para la lactancia.

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