Resumen del contenido
¿Qué es el vómito?
El vómito es la expulsión violenta del contenido del estómago hacia el exterior. En los bebés, puede ser la manifestación de cualquier tipo de malestar, desde una infección, dolor, hipoglucemia, indigestión o reflujo gastroesofágico.
¿Qué es una regurgitación?
En algunos casos se pueden confundir y, por ello, es importante diferenciarlos correctamente. En la regurgitación también sale alimento digerido.
La regurgitación ocurre “sin esfuerzo”, espontáneamente hacia fuera de la boca del bebé, muchas veces en forma de eructo, y no causa molestia ni dolor. En cambio, los vómitos aparecen cuando los músculos abdominales y el diafragma se contraen de forma violenta generando malestar, dolor y una sensación desagradable en el bebé. El llanto suele acompañar a los vómitos y no a las regurgitaciones.
La mayoría de los bebés regurgitan pequeñas cantidades de leche dentro de la primera hora después de haber sido alimentado. Este “queso”, como se le conoce con frecuencia, tiende a disminuir a medida que crece el bebé, pero puede persistir de una manera leve hasta los diez a doce meses de edad. Regurgitar no interfiere con la ganancia normal del peso.
A pesar de que las regurgitaciones parecen algo “benigno”, si son mucho más frecuentes de lo habitual, se acompañan de malestar, pérdida de peso o rechazo de alimento pueden ser un signo de que el bebé tiene algún otro problema de salud y lo debe ver su pediatra. Por ejemplo, cuando los músculos en el extremo inferior del esófago se relajan demasiado y permiten que el contenido del estómago vuelva al esófago de manera recurrente estamos ante la enfermedad de reflujo gastroesofágico que puede causar dolor, malestar y fallo de medro (no ganancia ponderal adecuada) al bebé.
Tipo de vómito
En ocasiones, el color del vómito nos puede orientar del origen del mismo. Sea como fuere, si el bebé vomita debe ser evaluado por su pediatra.
Vómitos con sangre
La sangre siempre es algo que preocupa mucho a los papás. No siempre es un signo de gravedad. En los recién nacidos lo más frecuente es que sea transitorio durante las primeras horas de vida, ya que, durante el parto, han podido tragar sangre materna y secreciones que le pueden producir náuseas y vómitos. Vetas de sangre también pueden aparecer en los bebés amamantados cuyas mamás presentan grietas en el pezón, en estos casos el bebé puede vomitar hilitos de sangre; la sangre que vomita procede de las heridas que tiene la madre en las mamas. No tiene ninguna repercusión en su estado de salud y, cuando se curen las grietas, se solucionará el problema. Fuera de estas dos situaciones, si un bebé vomita sangre debe ser visitado inmediatamente en un centro de urgencias pediátricas.
Vómitos biliosos
Suele ser un signo de alarma y gravedad. Puede reflejar un problema importante como un vólvulo intestinal, atresia duodenal o enfermedad de Hirschsprung. En la mayoría de estos casos el bebé es intervenido de urgencia por lo que debe ser evaluado en un centro de urgencias pediátricas.
Vómitos no biliosos
Son los más frecuentes y solo contiene contenido gástrico (jugos gástricos y alimentos parcialmente digeridos). Pueden ser producidos por múltiples causas como la sobrealimentación, gastroenteritis, otras infecciones de cualquier etiología (cistitis, meningitis, neumonía, otitis…), problemas neurológicos, enfermedades metabólicas, alergia a las proteínas de la leche de vaca, reflujo gastroesofágico, estenosis hipertrófica de píloro (en este caso los vómitos son con mucha violencia y se llaman “en escopetazo”), vólvulo intestinal o tapón meconial.
Posibles causas de los vómitos
La causa más frecuente por la que un niño vomita es la gastroenteritis. Suele durar entre uno y dos días y hasta casi una semana, y se puede acompañar también con fiebre y diarrea. Es importante mantener al bebé hidratado ofreciendo lactancia a demanda y recurriendo a las soluciones orales de rehidratación oral especialmente formuladas para lactantes. No se recomiendan bebidas isotónicas ni azucaradas. Siempre se debe acudir al pediatra para un correcto diagnóstico.
Se pueden producir vómitos por otras causas como:
- Mala técnica en la alimentación
- Infecciones
- Problemas neurológicos
- Problemas de la función renal
- Problemas del metabolismo y endocrinos
- Efectos secundarios de medicamentos
Lo que debes saber…
- En ocasiones, el color del vómito nos puede orientar del origen del mismo. Sea como fuere, si el bebé vomita debe ser evaluado por su pediatra.
- Los vómitos aparecen cuando los músculos abdominales y el diafragma se contraen de forma violenta generando malestar, dolor y una sensación desagradable en el bebé. La causa más frecuente por la que un niño vomita es la gastroenteritis.
- Es diferente de la regurgitación, que ocurre “sin esfuerzo”, espontáneamente hacia fuera de la boca del bebé, muchas veces en forma de eructo, y no causa molestia ni dolor.