Los testículos
Resumen del contenido
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La autoexploración testicular en el hombre es una sencilla maniobra que, correctamente orientada, puede darnos mucha información respecto al bienestar o malestar testicular. Debería convertirse, por tanto, en una práctica tan frecuente y eficaz para el hombre, como lo es la autoexploración mamaria en la mujer.
Detección del cáncer testicular
El cáncer testicular constituye aproximadamente el 1% del total de tumores del varón. La incidencia del mismo, en sus distintas variantes, es bastante baja en nuestro medio: la aparición de nuevos casos se estima en 1.9 por cada 100.000 habitantes y año; muy lejos de los 50.9 casos por cada 100.000 habitantes y año del cáncer de mama femenino.
Hay que destacar que el cáncer testicular afecta sobre todo a personas de raza blanca caucásica del centro y norte de Europa, siendo mínima su incidencia en varones de raza negra o asiáticos en general. Afecta fundamentalmente a jóvenes entre los 15 y 35 años, y raramente (sólo un 10% de los casos) a quienes tienen más de 50 años.
Los posibles hallazgos que se derivan de una autoexploración testicular bilateral pueden ser muchos, la gran mayoría de ellos de carácter benigno. Sin embargo, dado la fácil accesibilidad así como la ya mencionada sencillez de esta maniobra, la rentabilidad de la misma llega a ser máxima también para el hombre.
Anatomía testicular
Para empezar, es importante aclarar brevemente algunos conceptos sobre anatomía y fisiología del testículo y de la bolsa escrotal, para evitar errores de interpretación en la exploración, así como alarmas innecesarias.
Los testículos están situados por debajo y a ambos lados del pene y están alojados en la bolsa escrotal, constituida por piel y varias capas más de protección, entre las cuales hay tejido muscular, que hace que la bolsa se arrugue o se relaje, dejando más expuestos o bien más recogidos a los testículos.
Es frecuente la presencia de patologías específicas de la piel escrotal, en forma de pequeños quistes grasos, varices o angiomas (llamados también antojos) que, aunque deben ser consultados con el especialista para su posible tratamiento, no deben ser motivo de alarma, pues su presencia nada tiene que ver con problemas testiculares propiamente dichos.
La exploración
En lo que se refiere a los testículos, debemos explorarlos ambos, uno tras otro con las dos manos a la vez, y preferentemente con la bolsa escrotal relajada, lo que facilita mucho la autoexploración. El testículo tiene una forma ovoidea, de superficie lisa, es bastante consistente y se desliza con facilidad dentro de la bolsa escrotal. Es preciso rodearlo completamente para llegar a explorar toda su superficie. Esta parte de la maniobra no debe ser nunca dolorosa en condiciones normales.
Habitualmente los testículos, en el varón sano, son prácticamente iguales de tamaño y de consistencia. El testículo izquierdo suele estar alojado en la bolsa escrotal un poco más bajo que el derecho, aunque sólo es muy evidente en aquellos hombres con bolsa escrotal amplia y piel fina, que permite que los testículos cuelguen más libremente. No obstante, este hallazgo es absolutamente normal.
La parte posterior del testículo es bastante más compleja, pues contiene una estructura a modo de una coleta que se llama epidídimo, que sirve para dar salida y favorecer la maduración de los espermatozoides y que, en ocasiones, es prominente además de muy sensible a la palpación. Esta estructura del testículo es completamente normal, a veces supone un hallazgo nuevo casual en autoexploraciones muy esporádicas pero que en ningún caso supone un hallazgo tumoral.
El epidídimo continúa hacia arriba, hacia la ingle, mediante el conducto deferente, al que acompañan arterias, venas, nervios, etc., todo ello rodeado de una capa muscular, que constituyen en conjunto lo que denominamos cordón espermático. Esta estructura es la responsable de que los testículos suban y bajen en ciertos momentos del día de forma natural, con el calor o el frío, con la relajación o el nerviosismo, etc.
Cuándo consultar con el especialista
En la autoexploración testicular hay una serie de hallazgos del contenido escrotal que es importante considerar como son la aparición de aumentos indoloros globales del volumen escrotal ya sean permanentes o intermitentes, la aparición de bultos o nódulos no dolorosos en los testículos o en las estructuras vecinas, que también pueden ser permanentes o intermitentes y, en general, la aparición de cualquier cambio de la forma, del tamaño o de la consistencia de alguno de los testículos.
Estos hallazgos deben ser siempre consultados y evaluados por el médico especialista, en este caso el urólogo que, mediante una cuidadosa exploración y sencillas pruebas (una ecografía escrotal y unos análisis de sangre –en busca de marcadores tumorales cuando es preciso-), puede diagnosticar con rapidez el proceso causal, pero sobre todo distinguir las patologías benignas, que son tributarias de tratamientos conservadores o quirúrgicos diferidos, de las patologías malignas, es decir, del cáncer testicular que precisa una actitud quirúrgica rápida, prácticamente urgente.
¿Y si te duele?
En muchas otras ocasiones, los hallazgos exploratorios testiculares son dolorosos, apareciendo además del aumento de tamaño, inflamación o enrojecimiento de alguno de los testículos, sensación de pesadez en el escroto o dolor en el bajo vientre o en alguna de las ingles. Habitualmente estos últimos no son hallazgos propios de patología tumoral, sino más bien de procesos infecciosos urinarios o genitales, pero no obstante deben ser evaluados asimismo por el especialista, mediante las pruebas ya comentadas u otras específicas, y tratados oportunamente hasta su completa curación.
- Incidencia: el cáncer testicular constituye aproximadamente el 1% del total de tumores del varón.
- Afecta a: jóvenes de raza blanca caucásica del centro y norte de Europa, entre los 15 y 35 años, y raramente (sólo un 10% de los casos) a quienes tienen más de 50 años.
- Autoexploración: explorarlos ambos, uno tras otro, con las dos manos a la vez y preferentemente con la bolsa escrotal relajada, lo que facilita mucho la autoexploración.
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