Resumen del contenido
El cáncer de vejiga supone el segundo tumor en frecuencia del tracto genitourinario. El carcinoma de células transicionales es el más frecuente dentro de los distintos tipos de tumores de la vejiga. La incidencia de dicho tumor aumenta con la edad y es más frecuente en varones.
Causas del cáncer de vejiga
Los factores de riesgo más asociados a dicho tumor son el tabaco, la exposición a aminas aromáticas, disolventes, colorantes y pinturas, y a determinados fármacos como la ciclofosfamida.
La exposición a infecciones urinarias de repetición y la utilización de catéteres pueden producir a la larga, tumores vesicales.
La irradiación mediante radioterapia por tumores en otras localizaciones del suelo pélvico también está asociada a la aparición de tumor vesical.
Tipos
Clásicamente se diferencian dos tipos de tumores:
- Tumores superficiales: No afectan a la capa muscular de la vejiga, son multifocales y recidivan con mucha frecuencia. Precisan un control estricto.
- Tumores infiltrantes: Invaden la capa muscular de la vejiga con gran capacidad de diseminación a ganglios y sangre, precisando tratamiento radical.
Síntomas
Los síntomas que suelen dar los tumores de vejiga son básicamente la hematuria y en alguna ocasión síndrome miccional (irritación, polaquiuria). La hematuria suele ser monosintomática, sin ningún otro tipo de molestia y suele autolimitarse. Con mucha menor frecuencia el paciente puede presentar dolor lumbar tipo cólico e incluso dolor pelviano.
Cuando la enfermedad está diseminada y muy avanzada puede presentarse en forma de astenia, pérdida de peso y pérdida de apetito, con dolor óseo si existe afectación metastásica del hueso o molestias específicas de la zona donde metastatiza el tumor.
Diagnóstico
La primera prueba de imagen a realizar es la ecografía renovesical por la inocuidad de la misma, y por la alta tasa de detección. La potencia diagnóstica se encuentra directamente relacionada con el tamaño de la lesión. Para tumores entre 5 y 10 mm la tasa de detección es del 82% y para tumores mayores de 1 cm. es del 100%. La tasa de detección disminuye al 38% en tumores inferiores a 5 mm. La ecografía permite conocer con exactitud el número, la localización el tamaño y el aspecto morfológico del tumor y su base de implantación.
También se puede realizar urografía intravenosa para el estudio concomitante del tramo urinario superior, por que en muchas ocasiones existen tumores vesicales asociados a tumores del tramo urinario superior. La cistoscopia diagnóstica debe reservarse para casos con diagnóstico diferencial dudoso, aunque es la prueba que con mayor fiabilidad puede dar el diagnóstico, es una prueba cruenta, por que se realiza de manera ambulatoria sin anestesia. Se introduce por el meato uretral el cistoscopio (rígido o flexible) y se visualiza directamente toda la mucosa vesical.
Una vez diagnosticado el tumor vesical, para el estudio de extensión se puede realizar TC o RMN para valorar la afectación de ganglios linfáticos regionales o la afectación metastásica de otros órganos. La RMN permite visualizar mejor la grasa perivesical, pero se prefiere el TC como estudio de extensión.
Tratamiento
El tratamiento inicial de un tumor de vejiga es mediante la resección transuretral (RTU) del tumor. Se introduce a través de la uretra un elemento de trabajo con cámara (endoscopia) para resecar y extirpar el tumor. Posteriormente se analiza y se dictamina si es superficial o infiltrante. Si es superficial de alto grado o recidivante a veces se precisa realizar quimioterapia o inmunoterapia endovesical para disminuir el riesgo de recidiva y progresión de la enfermedad después de la RTU.
Si es infiltrante, se realiza una cistectomía radical extirpando toda la vejiga y derivando la orina a intestino, en forma de neovejiga o de conducto ileal (estoma a piel). Cuando el tumor es agresivo puede ser preciso realizar quimioterapia sistémica después de la cirugía.
Medidas preventivas
La eliminación o suspensión de la exposición a los agentes carcinógenos conocidos, como el tabaco las aminas o los colorantes deben ser las principales medidas preventivas que deben realizar dichos pacientes. Se recomienda asimismo una elevada ingesta de agua para una diuresis muy diluida y evitar la exposición y el contacto de los carcinógenos con la vejiga.