Otras posibles causas de estreñimiento en las personas mayores pueden ser factores locales a nivel anal o intestinal, alteraciones de algunos hábitos alimentarios, la toma de fármacos para el tratamiento de las diferentes comorbilidades presentes en las personas mayores y alteraciones metabólicas, endocrinas y neurológicas. Es básica por todo ello una correcta metodología en la recogida de la historia clínica y una adecuada valoración geriátrica integral.
Entre las causas más frecuentes de estreñimiento cabe destacar la dieta pobre en fibra, que se asocia a una disminución en el volumen de las heces, así como a un tránsito intestinal más lento. La ingesta de cantidades escasas de líquidos se asocia también a los mismos efectos, produciendo asimismo heces secas y duras, más difíciles de expulsar.
Las enfermedades anorrectales, en especial las hemorroides y las fisuras anales, que provocan dolor local, también son una causa frecuente de estreñimiento, ya que el individuo inhibe el reflejo defecatorio para evitar el dolor. También pueden ser causa de estreñimiento las estenosis intestinales secundarias a cirugía, isquemia o radioterapia, así como la presencia de megacolon (colon extraordinariamente largo).
Evidentemente, ante un estreñimiento de nueva aparición, siempre habrá que descartar la posibilidad de una neoplasia de colon o recto que produzca estrechez de la luz intestinal o disminución de su movilidad.
Entre las enfermedades metabólicas asociadas frecuentemente con el estreñimiento es de destacar el hipotiroidismo, que es relativamente frecuente en los ancianos y que muchas veces es poco sintomático. Además, existen alteraciones frecuentes como la hipopotasemia, con frecuencia causada por diuréticos (que son de uso habitual en ancianos) o la hipercalcemia, situaciones ambas que enlentecen el tránsito intestinal. Paradójicamente, hay algún caso de parada del movimiento intestinal por hipermagnesemia, a pesar de que es bien conocido que el magnesio tiene unas buenas propiedades laxantes.
Muchas enfermedades neurológicas pueden provocar estreñimiento. Cabe destacar la enfermedad de Parkinson, que provoca inmovilidad y enlentecimiento de la musculatura lisa, las enfermedades de la medula espinal (en cualquier localización, pero preferentemente cervical) y las demencias de cualquier tipo, por la inmovilidad y otras complicaciones asociadas. Otras enfermedades neurológicas que pueden producir estreñimiento son las cerebrovasculares o las neuropatías autonómicas, como la polineuropatía diabética.
Asimismo, el síndrome confusional agudo, la ansiedad y la depresión, tanto por ellas mismas como por los fármacos empleados para su tratamiento, también pueden favorecer el estreñimiento.
Ciertas enfermedades sistémicas pueden producir estreñimiento por si solas, como la amiloidosis o la esclerodermia.
Los fármacos son una causa importante de estreñimiento que puede ser reversible. En especial son de destacar los opiáceos, pero también todos aquellos fármacos con cierta actividad anticolinérgica, en especial los antidepresivos tricíclicos y algunos antiparkinsonianos, los antiinflamatorios no esteroideos, antiácidos como el aluminio y el carbonato cálcico, metales como el hierro y fármacos antihipertensivos como el verapamilo. Es bien conocido que el abuso de laxantes, en especial los que estimulan la movilidad, provoca estreñimiento.
Una causa funcional muy frecuente es la anulación reiterada del deseo defecatorio, por presentarse en momentos y localizaciones que se consideran inadecuados; en el caso de ancianos hospitalizados o institucionalizados la falta de intimidad en ese momento puede dificultar la defecación.
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