Los cuidados sociosanitarios para las personas mayores sobrepasan lo estrictamente sanitario, pero en la práctica es difícil diferenciarlos. En el caso de la atención institucionalizada, es decir, los cuidados que se dan a los ancianos fuera de su comunidad, esto se hace muy evidente.
Cuando se hace patente que es imposible mantener a una persona mayor en su domicilio habitual, ni siquiera con soportes externos de sus familiares y allegados (los informales) o con aquellos proporcionados por instituciones públicas o privadas (cuidados formales), se llega a la decisión de internar al anciano.
Tipos de centros
Hay varios tipos de centros que son adecuados para los diferentes tipos de situación:
- Pisos tutelados, tanto compartidos como individuales; aislados o en comunidades con servicios centralizados y que se adaptan a las necesidades cambiantes de los vecinos.
- Acogida familiar, que es la situación en la que un anciano que precisa ayuda permanente o continuada para su vida cotidiana es amparado por una familia u otra persona menor y más independiente que, por contrato, se compromete a su cuidado a cambio de unas contraprestaciones, que suelen ser económicas (o inmobiliarias) a la extinción del contrato o a la muerte del acogido. En la mayoría de casos es el anciano el que se traslada de domicilio, pero cada vez más es el acogedor el que se muda, manteniendo al dependiente en su ambiente habitual.
- Centros residenciales no asistidos, en los que se acoge a personas ancianas que no pueden vivir solas pero que no presentan necesidades sanitarias importantes. Suelen estar dirigidos a las personas que tienen dificultades serias para las actividades instrumentales y no tantas en las actividades básicas y que no cuentan con ayudas externas para realizar estas actividades (cocinar, comprar alimentos, mantener la higiene del hogar) en su domicilio. También dan soporte a las actividades básicas de la vida diaria (higiene personal, continencia de esfínteres, ingesta de alimentos, etcétera). Una actividad principal y básica de estos centros es el fomento y mantenimiento de actividades sociales, tanto entre los propios residentes, con el desarrollo de actividades lúdicas, recreativas y culturales, como en el apoyo a la red social externa del anciano. Respecto al soporte sanitario es principalmente preventivo y de control de enfermedades que precisan cuidados sencillos.
- Residencias asistidas o centros de larga estancia, diseñados para los ancianos que tienen problemas mayores de salud, con necesidades asistenciales especiales y/o continuadas. Suelen estar integrados en la red sanitaria. En estos centros se ofrecen cuidados de rehabilitación, de movilización en pacientes altamente dependientes, curas de ulceras por presión, administración de tratamientos complejos como nebulizaciones, administración de alimentación parenteral, etc.
Estos diferentes tipos de atención pueden darse bien a largo plazo, bien en periodos cortos como los de descanso familiar o como la convalecencia después de un episodio que altera la autonomía de la persona mayor.
Qué centro elegir
En la mayoría de casos, el acceso a cada uno de estos tipos de centro, si se hace desde la administración pública, de someterse a una valoración llevada a cabo por las unidades de evaluación, que suelen ser las administraciones autonómicas de cada territorio, para determinar la autoridad competente.
A partir de esta evaluación se decide cuál es el centro y el tipo de atención más adecuados para cada caso y en cada momento. En el caso que se decida una atención totalmente privada, aunque no se tenga que pasar el trámite de la evaluación pública, son convenientes el soporte y el consejo de grupos interdisciplinarios de valoración geriátrica, así como la opinión del médico habitual de la persona mayor.
En los casos en que la persona mayor mantenga de forma correcta sus capacidades mentales superiores, con la capacidad de raciocinio y de comprensión intactas, es evidente y básico que se debe explicar la situación de necesidad de ayuda, de forma clara y comprensible, si es posible con alternativas razonables al internamiento y respetando su decisión final.