En la mayoría de los casos, los trastornos de ansiedad primarios de la vejez son crónicos y han persistido desde la juventud o edad adulta. El estado ansioso se presenta como «un estado subjetivo de expectación o aprehensión disfórica», acompañado por una combinación variada de uno o más síntomas, agrupables en tres categorías.

Síntomas de ansiedad en mayores

Tensión motora

  • Estremecimientos, sacudidas, sensación de temblor.
  • Tensión muscular, dolores o molestias.
  • Parestesias (hormigueo), desasosiego (sensación de no poder parar quieto).
  • Facilidad para agotarse.

Hiperactividad autonómica

  • Respiración entrecortada o sensación de sofocación.
  • Palpitaciones o taquicardia.
  • Sudoración o manos húmedas, frías y viscosas.
  • Boca seca, vértigo o mareos.
  • Náuseas, diarreas, vómitos u otras molestias abdominales.
  • Acaloramiento (sofocos) o escalofríos.
  • Rubor o palidez.
  • Micción imperiosa y frecuente.
  • Problemas para tragar o sensación de «nudo en la garganta».
  • Cefaleas.
  • Disfunción sexual.

Vigilancia y registro

  • Sensación de excitación o impaciencia.
  • Respuesta sobresaltada.
  • Exagerada dificultad de concentración o «mente en blanco» por la ansiedad.
  • Dificultad para conciliar o mantener el sueño.
  • Irritabilidad.

Además de las causas aceptadas como causantes de ansiedad a lo largo de la vida, aparecen otras causas como, la disminución de las capacidades que tenía el individuo años atrás, la cercanía real con la muerte, cambios en su estatus social y en relación con las nuevas generaciones.

Somatizaciones

Dependiendo de la capacidad personal de reconocimiento de los sentimientos propios, estos conflictos pueden aparecer en la conciencia del sujeto o permanecer en un nivel inconsciente. En este último caso se pueden manifestar como trastornos somáticos, trastornos de memoria o enfermedades inespecíficas, fenómeno que se conoce como somatizaciones o expresión física de un malestar psíquico.

Estas somatizaciones afectan al reconocimiento de la ansiedad entre los ancianos. Esta ansiedad «somatizada», que se traduce en una queja o en una demanda de atención a nivel somático, generalmente a un médico no especialista, suele pasar fácilmente inadvertida.

Relación con otras enfermedades

Por otra parte, en los ancianos abundan las formas de ansiedad asociadas a enfermedades médicas, lo que siempre se debe tener en cuenta a la hora del diagnóstico. Por otra parte, no se ha de olvidar que la ansiedad acompaña con frecuencia casi a cualquier tipo de trastorno psiquiátrico, pero de forma especial en el anciano en el caso de las demencias y los trastornos depresivos.

¡Estos son los tratamientos disponibles para ansiedad en ancianos!