Resumen del contenido
Ante todo, debemos saber que la vulva está revestida de piel y la vagina de mucosa, por lo que los cambios serán muy distintos. En ambos casos, las hormonas ejercen una importante influencia con el paso de los años.
La vagina en la infancia y la adolescencia
La mucosa vaginal durante la infancia no tiene influencia estrogénica, es decir, de las hormonas femeninas producidas en los ovarios, los estrógenos. Es una mucosa fina y poco lubricada, sin flujo y su pH es básico. Con la adolescencia se empiezan a producir estrógenos en los ovarios que provocarán cambios en la mucosa vaginal. Los estrógenos estimularán un aumento del grosor de la mucosa, acompañado de un mayor aporte sanguíneo que aumentará la lubricación.
La mucosa más gruesa acumula glucosa, que servirá de alimento a las bacterias que la colonizarán, la microbiota vaginal. Esta microbiota está básicamente formada por lactobacilos, que fabrican ácido láctico y disminuirá el pH de la vagina a ácido. Estos cambios dan lugar a una vagina más elástica, rosada y lubrificada. Parte del flujo se produce, además, en el cuello uterino y desciende por la vagina.
En la menopausia
En la menopausia la producción de estrógenos disminuye y, por tanto, la mucosa vaginal pierde elasticidad al disminuir el colágeno. El flujo sanguíneo disminuye, por lo que lo hace también la lubricación y esto provoca que la mucosa se vuelva delgada y friable (con tendencia a desmenuzarse).
Como consecuencia de estos cambios las relaciones sexuales se vuelven dolorosas, la atrofia y la sequedad producen picor frecuente y los cambios en la microbiota vaginal favorecen la aparición de infecciones, tanto vaginales como de orina.
Durante el postparto
La producción de estrógenos está, asimismo, disminuida por la inhibición del funcionamiento de los ovarios y, por tanto, se producen cambios similares a los de la menopausia, con relaciones sexuales más dolorosas por la falta de lubricación y la falta de flujo que puede dar lugar a picor vulvar. La toma de anticonceptivos también disminuye la producción de estrógenos en los ovarios al inhibir su funcionamiento y por ello puede provocar sequedad vaginal, que se recupera al dejar el tratamiento.
La vulva: cambio de aspecto
Con el paso de los años, se produce, además, un cambio en el aspecto de la vulva. Es un proceso generalizado, pero puede variar en cada mujer de la misma manera que el paso del tiempo en el resto del cuerpo tiene una influencia distinta en cada una.
En la juventud, los labios mayores cubren a los menores y los tejidos están tonificados. Con el paso del tiempo el tejido se oscurece, pierde tersura y los labios menores sobresalen más. La grasa subcutánea, además, va disminuyendo y, por tanto, los labios menores pierden volumen. El monte de venus o pubis también sufre cambios al disminuir la grasa subcutánea y presenta más flacidez.
Contrarrestar los cambios
Para contrarrestar estos cambios existen algunos tratamientos. En la menopausia, o bien en periodos con baja lubricación de la vagina, pueden utilizarse lubricantes vaginales en las relaciones sexuales o bien hidratantes vaginales y vulvares para disminuir la sequedad que produce picor.
Si con esto no es suficiente se pueden administrar fármacos con estrógenos que aumentan la cantidad de estrógeno en la vagina y, por tanto, aumentan el grosor de la mucosa vaginal dándole más resistencia y elasticidad. También aumentan la producción de flujo vaginal y, en consecuencia, disminuyen la dispareunia, el dolor con las relaciones, y producen cambios en la microbiota vaginal de forma que protegen ante la infección urinaria y vaginal.
Estos estrógenos se pueden administrar de forma local, en crema vaginal, comprimido vaginal o bien en óvulos y también pueden administrarse de forma sistémica, en todo el organismo, siendo en estos casos su vía de administración en comprimidos vía oral o bien en parches.
Los tratamientos sistémicos, además de un efecto vaginal, tienen efecto sobre los molestos sofocos, protección a nivel óseo…
¿Tratamientos estéticos?
La vagina y la zona vulvar también pueden someterse a tratamientos estéticos para mejorar su aspecto.
- Puede realizarse una infiltración de ácido hialurónico en la entrada de la vagina y la horquilla vulvar. Este ácido hialurónico retiene agua y por tanto confiere más hidratación a la piel y la mucosa. Este tratamiento suele durar un año aproximadamente y entonces tiene que repetirse para obtener los resultados esperados.
- También puede utilizarse ácido hialurónico para el relleno estético de labios mayores. Al perder parte de su grasa y, por tanto, de su volumen los labios mayores tienen un aspecto más flácido y al rellenarlos con ácido hialurónico recuperan tersura y cubren mejor los labios menores. Es posible realizar también un relleno de labios con infiltraciones de grasa de la misma paciente.
- Además, pueden realizarse tratamientos quirúrgicos, como la labioplastia, que consiste en la disminución del tamaño de los labios menores, o bien un lifting de los labios mayores y del pubis.
- Actualmente se está utilizando el láser y la radiofrecuencia en tratamientos de la atrofia vaginal y de las molestias, sobre todo en menopausia pero falta la publicación de más estudios que avalen sus resultados.
Lo que debes saber…
- En la menopausia y el posparto la producción de estrógenos disminuye y, por tanto, la mucosa vaginal pierde elasticidad al disminuir el colágeno, lo que se traduce en sequedad vaginal, picor, dolor en las relaciones…
- La utilización de lubricantes o hidratantes vaginales, o la toma de estrógenos pueden ayudar a paliar estos efectos.
- Además de tratamiento para contrarrestar las molestias, la vagina y la zona lumbar pueden someterse a tratamientos estéticos para mejorar su aspecto.
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