Alteraciones emocionales en el posparto
Resumen del contenido
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Tener un bebé es un acontecimiento feliz para la mayoría de las mujeres pero los cambios bioquímicos, psicológicos y sociales que comporta hacen que las mujeres sean más vulnerables a cambios en su estado de ánimo en el posparto. Estas alteraciones merman el nivel de salud de la mujer que acaba de tener un hijo. Podemos dividir los cambios emocionales posparto en tres grandes grupos: melancolía posparto, depresión posparto y psicosis posparto.
Melancolía posparto
Un 70-80% de las mujeres al segundo o tercer día después del parto presentan la llamada melancolía posparto o depresión del tercer día que tiene una duración de entre una y tres semanas. Estas mujeres se sienten débiles, solas y angustiadas, es una forma leve de depresión. La melancolía posparto se caracteriza por labilidad emocional, accesos de llanto y tristeza que no llegan a tener suficiente intensidad como para precisar tratamiento farmacológico, siendo el tratamiento psicológico muy útil. Las pacientes describen que se sienten heridas con mucha facilidad, que se enfadan por cualquier pequeño incidente y en algunos casos pierden interés por el bebé. La mayoría de casos este síndrome es leve y transitorio y remitirá espontáneamente sin secuelas.
Depresión posparto
Se estima que entre un 10 y un 20% de las mujeres tendrán una depresión posparto, pero esta incidencia es muy difícil de estimar ya que muchas mujeres pueden sentirse recelosas de mostrar sus sentimientos. Esta entidad es una enfermedad, que precisa un tratamiento psicológico y muchas veces médico también. Los síntomas suelen iniciarse antes de la sexta semana posparto y puede durar entre 3 y 14 meses. Las mujeres que la han padecido anteriormente tienen un 70% de posibilidades de que también les ocurra en sucesivos partos.
Las mujeres con depresión posparto generalmente presentan varios de estos síntomas:
- Pereza
- Fatiga
- Tristeza
- Alteración del sueño y del apetito
- Falta de concentración, confusión
- Pérdida de memoria
- Irritabilidad hacia la pareja y otros hijos
- Sentimiento de culpa
- Pérdida de lívido
- Miedo a autolesionarse o a lesiona al niño
- Sobreprotección del niño, consultas repetidas al especialista por estimar que está siempre enfermo
- Intolerancia hacia el bebé
- Síntomas ansiosos: angustia intensa, miedo, palpitaciones…
La depresión posparto es un problema médico y no debe simplemente esperar a salirse de ella sino que debe solicitarse ayuda a los especialistas.
Los factores de riesgo de padecer depresión posparto son:
- Depresión posparto previa
- Depresión no relacionada con el embarazo
- Síndrome premenstrual severo
- Antecedente de trastorno de la alimentación
- Embarazo no deseado
- Embarazo en adolescentes
- Desarraigo cultural
- Situación socioeconómica comprometida
- Estrés psicosocial en los últimos 6 meses
Psicosis posparto
Es una enfermedad aguda y grave que afecta a 1-2 /1000 de las mujeres en el posparto. La clínica suele iniciarse en la segunda o tercera semana después de dar a luz. Los síntomas que se manifiestan son: labilidad afectiva, alucinaciones visuales o auditivas, lenguaje desorganizado trastornos del sueño. Las conductas autoagresivas son más frecuentes pudiendo llegar hasta el suicidio.
Las causas de las alteraciones emocionales posparto son multifactoriales. Uno de los factores que influyen es el brusco descenso de las hormonas sexuales asociadas al embarazo. Esta disminución hormonal es parecida a la que sucede en los días de la menstruación lo que explica que las mujeres con cambios de humor marcados con la menstruación tengan un índice más alto de melancolía o depresión posparto. Estas variaciones hormonales producen cambios químicos en el cerebro que influyen en la depresión y en algunos casos se suma una alteración de la función del tiroides muy frecuente posparto. Las pacientes con antecedentes de depresión tendrán un índice más alto de incidencia después de dar a luz.
A esto se le unen factores psicológicos ya que la mujer precisa de una adaptación a los cambios que se producen en su cuerpo y en su vida, y la idea de madre ideal puede producir enfrentamientos psíquicos en la nueva madre. La fatiga y el sueño interrumpido no favorecen la recuperación física y psíquica posparto. Los factores psicosociales juegan un papel muy importante ya que la falta de apoyo tanto físico como emocional aumenta el riesgo de depresión posparto. Estas variables son más acusadas en madres en edad tardía o muy temprana, y según su condición socioeconómica. Las complicaciones maternas o fetales también implican un aumento en la incidencia de depresión posparto, en cambio un buen apoyo familiar, con ayuda tanto en las tareas domésticas como en el cuidado del niño disminuye su aparición.
El tratamiento de estos trastornos debe hacerse por parte de personal especializado. El tratamiento de elección es la psicoterapia, tanto de forma individual como en grupo. Las medidas de apoyo han demostrado disminuir de forma significativa la incidencia de los trastornos emocionales puerperales y en la mayoría de casos de melancolía posparto son suficientes como tratamiento. En los casos en que no se produzca una mejoría suficiente con tratamiento psicológico debe recurrirse al farmacológico con antidepresivos. Dependiendo del antidepresivo a tomar y de la valoración de cada caso se continuará la lactancia materna o bien se indicará una lactancia artificial. En los casos de psicosis posparto con riesgo para el niño o la madre debe indicarse el ingreso hospitalario.
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