El cordón umbilical: qué contiene y cómo podemos usarlo
Resumen del contenido
Médico especializada en ginecología y obstetricia. Con más de dos décadas de experiencia en la profesión, es una experta en ecografía de 20 semanas, diagnóstico prenatal, parto, histeroscopia quirúrgica y laparoscopia, entre otras. Compagina su trabajo en diferentes centros con la docencia y la redacción de artículos.
El cordón umbilical es un tubo gelatinoso por el que transcurre una vena que transporta sangre en sentido fetal con oxígeno y nutrientes para que el feto se desarrolle y arterias en sentido contrario, del feto a la madre, que permiten devolver la sangre con los productos que el feto haya desechado y después de haberle extraído el oxígeno y los nutrientes. Este nexo es el que permite durante todo el embarazo que el feto “respire”.
Se extiende desde el ombligo del feto hasta la placenta que está adherida a la pared del útero materno y tiene una longitud variable, entre 30 y 100 cm.
Qué pasa con el parto
En el momento del parto, cuando el recién nacido sale al exterior y llena sus pulmones de aire por primera vez y empieza a respirar por él mismo la circulación de la sangre por el cordón se va colapsando progresivamente y se extingue entre 2 y 3 minutos después del nacimiento.
Clásicamente se pinzaba el cordón umbilical en dos puntos próximos y se seccionaba el mismo entre las dos pinzas inmediatamente después del nacimiento, pero actualmente hay estudios científicos que apoyan la idea de que retrasar este acto tiene múltiples beneficios para el recién nacido, como mejorar sus niveles de hierro previniendo la anemia y favorecer su adaptación cardiovascular. Por lo que es aconsejable el pinzamiento tardío del cordón siempre que no haya complicaciones en el parto que prioricen la asistencia al recién nacido.
Cuando se realiza un pinzamiento precoz, cuando todavía por el cordón circula sangre en ambos sentidos, en él hay un volumen variable en función de la longitud pero que de media son unos 60 ml de sangre rica en unas células llamadas células madre, que tienen un alto valor.
Las células madre
Las células madre se encuentran en diferentes tejidos, pero sobre todo son abundantes en el cordón umbilical. Tienen la característica diferencial de las madres, que pueden dar lugar a otro tipo de células, hijas, con funciones especializadas: célula sanguínea, u ósea, o muscular, o renal… ¿Y por qué son tan valiosas? Porque se autorenuevan indefinidamente y pueden dar lugar a cualquier célula especializada, con el potencial de ser usadas para tratar enfermedades y ser usadas en medicina regenerativa.
¿Cómo se obtienen estas células?
Muy sencillo, después de salir el bebé se pinza precozmente el cordón umbilical lo más próximo al recién nacido para recoger la máxima longitud de cordón posible y se extrae toda la sangre que contiene y se almacena en una bolsa para su conservación como si de una donación de sangre se tratara. Estas muestras se pueden criopreservar congeladas y conservarse muchos años. Esta recogida no tiene riesgos ni para la madre ni para el feto y de no realizarse esa sangre se desecharía a la vez que el cordón y la placenta. El único inconveniente es que no es compatible con el pinzamiento tardío de cordón que hemos comentado anteriormente y que por motivos técnicos puede no siempre ser posible, y obviamente hay una sola oportunidad.
Por qué son importantes
El potencial de estas células parece ser enorme y las líneas de trabajo son diversas, pero lo cierto es que a día de hoy el único uso probado son los trasplantes que requieren pacientes con cánceres de la sangre como leucemias y linfomas y otros trastornos sanguíneos y del sistema inmune.
Dónde se almacenan
Estas muestras se pueden almacenar en el banco público de sangre y tejidos donde estarán disponibles para cualquier receptor que las necesite si cumple los criterios de compatibilidad, y también existen bancos privados a los que se remunera la preparación y la crioconservación de la muestra para uso exclusivo del mismo donante si lo requiriera o de un familiar compatible. La legislación en nuestro país no permite la reserva de una muestra de sangre o tejidos para uso propio, por lo que los bancos privados que se dedican a esto deben conservar las muestras en países cuya legislación sí lo permita.
De momento los usos de las células madre de cordón son limitados, pero parece verse en el horizonte un infinito de posibilidades.
MAPFRE en sus ofrece a los asegurados el servicio, que facilita la recogida de la muestra y asume los gastos de mantenimiento de las células madre del cordón, para su posible utilización terapéutica durante un periodo de 30 años.
El asegurado participa en el coste, a través de precios especiales, en la fase de recogida y conservación y MAPFRE ESPAÑA asume los gastos de mantenimiento del muestra durante un máximo de 30 años, siempre que se mantengan en vigor las condiciones y requisitos establecidos en la póliza para esta prestación, salvo que la muestra resulte inviable en el momento de la recogida. Para más información sobre este servicio y sobre los seguros de MAPFRE Salud.
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Lo que debes saber…
- Actualmente hay estudios científicos que apoyan la idea de que retrasar este acto tiene múltiples beneficios para el recién nacido, como mejorar sus niveles de hierro previniendo la anemia y favorecer su adaptación cardiovascular.
- Después de salir el bebé se pinza precozmente el cordón umbilical lo más próximo al recién nacido para recoger la máxima longitud de cordón posible y se extrae toda la sangre que contiene y se almacena en una bolsa para su conservación como si de una donación de sangre se tratara.
- Su potencial es enorme, pero a día de hoy el único uso probado son los trasplantes que requieren pacientes con cánceres de la sangre como leucemias y linfomas y otros trastornos sanguíneos y del sistema inmune.
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