Desde que una mujer se pone de parto hasta el nacimiento del bebé hay dos fases diferenciadas, la de dilatación, durante la cual el cuello uterino se acorta y dilata hasta permitir que la presentación fetal pueda pasar por la vagina, y la de expulsivo, que se considera la de descenso de la presentación fetal desde que la dilatación es completa hasta que el bebé está en el exterior.

Dilatación completa

Consideramos dilatación completa cuando la abertura del cuello uterino ya no es palpable al realizar un tacto vaginal y sólo se toca la cabeza fetal en contacto con las paredes vaginales, y se considera de unos 10 cm, porque es la medida media del diámetro de una cabeza fetal al término del embarazo.

Es un periodo de duración variable, se considera normal hasta dos horas en el parto del primer hijo y una hora en los siguientes partos. Durante ese periodo la presentación fetal, habitualmente la cabeza fetal, desciende a lo largo de la vagina por el interior de la pelvis. Para evaluar si el descenso se está realizando a ritmo adecuado existen unas referencias anatómicas que se localizan haciendo un tacto vaginal. Estas referencias anatómicas se llaman Planos de Hodge, y son cuatro: desde el primer plano, en que el ecuador de la cabeza fetal está en el estrecho superior de la pelvis, hasta el cuarto plano, en que ya se puede observar la presentación fetal a través de la abertura vaginal, lo que denominamos como que ya está “coronando”.

Como el estrecho superior e inferior de la pelvis, son ovalados pero en sentidos contrarios: el superior tiene su diámetro mayor de derecha a izquierda, y el estrecho inferior de delante a atrás, mientras el feto hace este descenso la cabeza efectúa una rotación. Lo más común y la forma más favorable para realizar esta rotación es que el dorso fetal esté en el lado izquierdo de la madre cuando se inicia el parto, la cabeza entra en la pelvis mirando hacia la derecha y la espalda de la madre, y a medida que desciende va rotando en sentido antihorario para salir al exterior mirando hacia la espalda de la madre, y una vez la cabeza está completamente fuera vuelve a rotar en sentido inverso para que los hombros del feto se alineen también como la cabeza con el hombro derecho por debajo del pubis materno. Una vez han salido los hombros… ¡el feto ya resbala al exterior con facilidad!

Otras versiones son posibles: venir desde el lado derecho, salir mirando hacia el pubis materno… pero más lentas o dificultosas, algunas tanto que pueden representar un motivo suficiente para impedir su rotación y descenso y que haya que recurrir a una cesárea.

Qué pasa durante el periodo de expulsivo

Durante el periodo de expulsivo las contracciones se hacen más intensas y frecuentes, y, en ausencia de anestesia peridural la gestante siente una necesidad imperiosa de empujar difícil de ignorar que la lleva a realizar contracciones de la musculatura abdominal llamados pujos durante el punto álgido de la contracción uterina. Estas contracciones involuntarias de la musculatura uterina sumadas a las voluntarias de los músculos abdominales impulsan al feto al exterior. Cuando se ha administrado anestesia peridural, del mismo modo que la mujer no siente dolor o mucho menos, también se atenúa o desaparece esta sensación de pujo espontánea y el personal sanitario que está asistiendo a la parturienta tendrá que dirigir en qué momento empujar y adiestrar a la mamá para que lo haga correctamente.

Si fuese necesario extraer al feto por una urgencia o porque los pujos maternos son insuficientes para que el parto se desarrolle de forma espontánea, cuando el feto ha rebasado el tercer plano de Hodge ya es posible para el obstetra entrenado realizar alguna maniobra, con ayuda de algún instrumento obstétrico, permitiendo el parto vaginal sin dañar a la madre ni al recién nacido. Si todavía está más arriba del tercer plano se deberá recurrir a una cesárea para extraer al feto.

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Lo que debes saber…

  • La fase de expulsivo que se produce en el parte es la de descenso de la presentación fetal desde que la dilatación es completa hasta que el bebé está en el exterior.
  • Durante el periodo de expulsivo las contracciones se hacen más intensas y frecuentes, y, en ausencia de anestesia peridural la gestante siente una necesidad imperiosa de empujar.
  • Estas contracciones involuntarias de la musculatura uterina sumadas a las voluntarias de los músculos abdominales impulsan al feto al exterior.