¿Cómo tratar el cáncer estando embarazada?
Resumen del contenido
Médico especializada en ginecología y obstetricia. Con más de dos décadas de experiencia en la profesión, es una experta en ecografía de 20 semanas, diagnóstico prenatal, parto, histeroscopia quirúrgica y laparoscopia, entre otras. Compagina su trabajo en diferentes centros con la docencia y la redacción de artículos.
Los cánceres más frecuentes son los de cuello uterino, mama, tiroides, melanoma y ovario. El diagnóstico de un cáncer en una mujer embarazada es una situación compleja, pues habrá que tener en cuenta la mejor opción para la paciente y el feto.
Aunque el objetivo último debe ser la completa curación de la mujer sin comprometer al feto, esto no siempre es posible, por lo que en casos extremos el tratamiento puede ser a costa del embarazo.
¿Se pueden realizar las pruebas de seguimiento habituales?
En general las técnicas de imagen necesarias para el diagnóstico y estadiaje se pueden realizar normalmente a una mujer embarazada, priorizando la ecografía y resonancia magnética, inocuas para el feto, intentando evitar durante el primer trimestre las pruebas que implican Rayos X: radiología convencional, TAC… pero viables durante el segundo y tercer trimestre.
¿El tratamiento del cáncer varía si estoy embarazada?
El principio fundamental que debe tenerse en cuenta es que la prioridad debe ser aplicar el tratamiento como si la mujer no estuviera embarazada, siguiendo el protocolo indicado para esa patología.
En general, no debemos asociar que el diagnóstico de cáncer durante la gestación equivalga a una interrupción del embarazo para realizar el tratamiento del cáncer, pues en muchos casos puede ser compatible con el embarazo, o diferir las pruebas diagnósticas o terapéuticas hasta que el feto presente el grado de madurez suficiente para que sea viable.
- Se puede realizar tratamiento quirúrgico y anestesia con normalidad, a menos que afecte los órganos reproductores. En este caso, siempre que sea posible, habrá que posponer la operación hasta que el feto sea viable y únicamente poner en riesgo el embarazo si este es muy incipiente y no se puede retrasar el tratamiento.
- La quimioterapia y radioterapia en algunos casos se pueden administrar a la gestante de segundo y tercer trimestre. Existen fármacos quimioterápicos que no tienen efectos nocivos sobre el feto.
- Las pruebas con radiación ionizante o la radioterapia, si la zona a tratar está lejos de la pelvis, se puede realizar protegiendo el abdomen con una pantalla de plomo para que los rayos X no afecten al feto. Cada caso debe ser individualizado y valorado multidisciplinarmente entre oncólogo, pediatra, obstetra y teniendo en cuenta todas las consideraciones médicas, pero también éticas y psicológicas.
¿Influye el embarazo en la evolución del cáncer?
No parece que el embarazo tenga influencia sobre la evolución del cáncer. Podría pensarse que si el organismo femenino permite el crecimiento de un individuo genéticamente distinto en su interior su sistema inmune puede ser más benévolo también con el crecimiento de las células tumorales, que también presentan una mutación genética respecto a las células normales del paciente, pero eso no es así.
La evolución de las distintas neoplasias malignas no parece diferir en pacientes gestantes o no. Tampoco el tumor afecta al crecimiento o evolución del feto salvo en casos muy raros, y los recién nacidos mayoritariamente no presentan ninguna patología que pueda relacionarse con las células tumorales con las que han convivido durante su vida intraútero (excepto raras excepciones sobretodo del melanoma durante el embarazo, que tiene cierta incidencia de metástasis en el feto).
Planificar un embarazo tras el cáncer
En cuanto a la planificación de un embarazo después de que la mujer haya sufrido un cáncer debe prevalecer la premisa de que se debe aconsejar a la mujer no embarazarse hasta que hayan pasado 5 años desde el diagnóstico y esté libre de enfermedad. Periodo medio que se considera en la mayoría de cánceres para considerarlos “curados”, para poder realizar el tratamiento adecuado de una eventual recidiva.
En algunos casos este periodo puede reducirse a dos años. Hay que tener en cuenta el caso concreto del cáncer de mama, que al ser en muchos casos hormonodependiente, un embarazo puede influir negativamente sobre el pronóstico del cáncer, así que deberá valorarse individualmente.
Aunque el tema es duro, el mensaje que se ha de enviar es que SÍ es posible curar un cáncer durante el embarazo y que un cáncer durante el embarazo no implica interrumpir la gestación y que los avances en tratamiento oncológico nos han de hacer ser optimistas en los casos de cáncer durante el embarazo.
Lo que debes saber…
- En general, no debemos asociar que el diagnóstico de cáncer durante la gestación equivalga a una interrupción del embarazo para realizar el tratamiento del cáncer, pues en muchos casos puede ser compatible con el embarazo.
- El tratamiento debería ser el que esté indicado según protocolo para esa patología en concreto, sin modificarse por el hecho del embarazo.
- Se debe aconsejar a la mujer no embarazarse hasta que hayan pasado cinco años desde el diagnóstico y esté libre de enfermedad, periodo medio en la mayoría de cánceres para considerarlos “curados”, para poder realizar el tratamiento adecuado de una eventual recidiva.
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