Resumen del contenido
En situaciones normales, los hidratos de carbono que se absorben al comer producen un aumento de la glucemia, es decir, del nivel de azúcar en sangre. La respuesta del organismo a la ingesta es el aumento de la producción de insulina en el páncreas, ya que es la hormona que permite el paso del azúcar dentro de las células y, por tanto, disminuye la glucemia.
En el embarazo se producen hormonas que pueden bloquear la acción de la insulina e impedir su normal funcionamiento. Esta alteración suele darse después de la semana 20 y la mayoría de veces desaparece tras el parto (sólo entre el 1 y el 3% de las pacientes continúan con este problema tras dar a luz). Dos de cada tres mujeres presentará de nuevo esta patología en un futuro embarazo y la mayoría de éstas desarrollará una diabetes tipo 2 en el futuro.
¿Qué le puede pasar al bebé?
Si una mujer tiene diabetes durante el embarazo y no realiza un buen control de la glucemia, el páncreas del feto producirá más insulina de la necesaria ya que, al llegar sangre con un alto contenido en azúcar, no será capaz de normalizar este parámetro. La insulina no pasa por la placenta hacia el feto, pero sí el azúcar.
- Los altos niveles de insulina producen que el feto almacene más glucosa en el cuerpo de la necesaria y que, por tanto, se produzca un bebé “gordo”, lo que se llama macrosomía. Ésta aumenta el índice de cesáreas ya que dificulta la salida de los hombros del bebé por la pelvis de la madre, lo que puede provocar un mayor número de fracturas de clavícula en el recién nacido o bien una lesión de los nervios del brazo y producir una limitación en su movilidad (parálisis braquial).
- Es más frecuente que estos bebés presenten hipoglucemias postnatales ya que su páncreas está acostumbrado a producir más insulina y, al no recibir un aporte continuo de azúcar como antes bajan muy de golpe el nivel de azúcar en sangre, por lo que precisan más controles en la nursery.
- Los hijos de madres diabéticas presentan más riesgo de inmadurez pulmonar, por lo que deben controlarse muy bien los partos pretérmino (antes de la semana 37).
- Las diabéticas pregestacionales tienen un riesgo tres veces mayor de malformaciones, sobre todo del tubo neural, y cardiopatías, pero no sucede así en los hijos de madres con diabetes gestacional ya que es una patología que ocurre mientras el bebé está creciendo pero una vez ya está formado.
¿Cómo se detecta?
Entre la semana 24 y 28 de embarazo se debe realizar la prueba o test de O’Sullivan a todas las gestantes excepto las ya diagnosticadas de diabetes. A las mujeres con factores de riesgo puede ser que se les realice la prueba también en el primer y el tercer trimestre. Esta prueba consiste en la administración por vía oral de un líquido que contiene 50 gramos de glucosa y que sirve para determinar el valor de glucosa en sangre al cabo de una hora.
Si este valor alcanza o supera los 140 mg/dl se considera positiva y debe realizarse la sobrecarga oral de glucosa para acabar de confirmar si la gestante presenta una diabetes gestacional o no. En el caso de que la prueba de un resultado negativo no será necesario ningún otro estudio.
La sobrecarga de glucosa, la llamada “curva larga”, consiste en la determinación de la glucosa en sangre en ayunas, la administración de 100 gramos de glucosa y la determinación de la glucemia a los 60, 120 y 180 minutos posteriores a la ingesta del líquido.
Durante la prueba la gestante debe permanecer sentada y sin fumar, y los días previos se recomienda una dieta que no sea restrictiva en hidratos de carbono. Si dos de estos cuatro valores estuvieran por encima de los límites, se diagnostica diabetes gestacional. Si un único valor está alterado, se diagnostica intolerancia a los hidratos de carbono.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento de la diabetes consiste en seguir una dieta que controle los niveles de azúcar. Será el especialista quien determine el tipo de alimentación específico ya que dependerá de cada caso.
- A las mujeres con un peso adecuado, por ejemplo, no se les prescribirá una dieta hipocalórica pero sí que se les fraccionarán más las ingestas a lo largo del día y se les seleccionarán los hidratos de carbono que deben consumir.
- A las mujeres con sobrepeso, en cambio, sí que se les aplicará una dieta restrictiva. Además, se les enseña cómo realizar controles diarios de azúcar con la obtención de una gota de sangre de la yema del dedo. El objetivo es mantener una glucemia en ayunas por debajo de 95 mg/dl, y una hora después de comer por debajo de 140 mg/dl.
La dieta debe ir acompañada de ejercicio físico moderado ya que ayuda a mantener los niveles de azúcar correctos. Si con estas medidas no es suficiente, debe plantearse el tratamiento con insulina. En el postparto deben realizarse los controles habituales y un control de los niveles de azúcar o bien una curva de glucosa pasadas entre seis y ocho semanas desde el parto y también al final de la lactancia.
Factores de riesgo
Hay una serie de factores que aumentan el riesgo de aparición de diabetes gestacional:
- Ser mayor de 35 años, independientemente del número de hijos previos.
- Tener sobrepeso.
- Presentar una historia familiar de diabetes.
- Haber tenido embarazos previos con diabetes gestacional y malformaciones, hijos grandes al nacer y antecedentes de muerte fetal intraútero.
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