Resumen del contenido
Beneficios a muchos niveles
A lo largo de los nueve meses de embarazo, se sufre una serie de cambios fisiológicos, físicos y mentales a los que hay que adaptarse. Muchos de ellos son evidentes pero los hay que suceden
“por dentro” y, al ejercitarse, la lista de beneficios afecta a todos los niveles.
¿A qué niveles afecta el ejercicio en el embarazo?
Mejora de la condición aeróbica
Durante el embarazo aumenta el gasto cardiaco y el consumo de oxígeno. Con el ejercicio, éste puede llegar a controlarse.
Previene la diabetes gestacional
Esta patología no siempre aparece pero es más habitual de lo que sería deseable. Con la práctica de actividad física, los niveles de glucosa se reducen en sangre y, además, se mejora la utilización de la insulina.
Patología lumbar
El dolor lumbar es la molestia que más se repite en las encuestas de salud que completan las embarazadas a lo largo de la gestación. La musculatura debe soportar un aumento de peso importante y cuando se sigue una rutina adecuada de entrenamiento ésta puede responder mejor a la carga y minimizar las molestias. Además, aumenta en gran medida la lordosis de la columna vertebral, es decir, la curvatura. Todo aquel trabajo que se puede realizar para ayudar a compensar será beneficioso.
Control del peso
Durante el embarazo, la ganancia de peso va implícita. Si en cualquier otra época el ejercicio es una de las herramientas más recomendadas y utilizadas por todos para controlar o perder peso, lo mismo sucede en esta situación cuando se hace necesario controlarlo.
Mejora la autoestima de la futura madre
Algunas de las mujeres embarazadas pueden sentirse ansiosas e incluso al cambiar hábitos notarse “desubicadas”. Disponer de tiempo para una misma y dedicarse un espacio para cuidarse y sentirse mejor es un beneficio que tiene muchos efectos positivos para la futura mamá.
Estos y más efectos positivos parece que deberían “obligar” a todas las embarazadas a “calzarse unas zapatillas o ponerse un bañador” pero no siempre es fácil adaptarse a las nuevas circunstancias. Muchas veces, esa adaptación es más compleja, por la falta de información y el desconocimiento. Este factor es uno de los que se esgrimen en algunos de los estudios publicados hasta la fecha, en los que se valora la práctica de actividad física por parte del colectivo de embarazadas. Las cifras son concluyentes: sólo entre un 15-32% de embarazadas sigue las recomendaciones de las autoridades en cuanto a hábitos saludables.
Hoy en día, cada vez son más los centros y entrenadores que ofrecen entrenamiento personalizado y adecuado a cada trimestre, ya que no todo vale y hay que ajustar al máximo el programa de entrenamiento. En función del estado de salud y previa valoración médica, éste debería incluir ejercicios de tipo aeróbico, de fuerza y de flexibilidad. Estos tres tipos de entrenamiento, ofrecen un concepto global que ayudará a afrontar el embarazo y el posterior postparto a la mujer, con mejores garantías de salud.
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Lo que debes saber…
- Menos de la mitad de embarazadas sigue las recomendaciones en cuanto a hábitos saludables, entre los que la práctica de ejercicio debería ser un básico.
- Mejora de la condición aeróbica, control del peso, prevención de la diabetes gestacional y de dolor de espalda… son algunos de los beneficios que aporta.
- La rutina de ejercicio de la embarazada debería incluir actividad aeróbica, de fuerza y de flexibilidad.