Durante todo el embarazo, el feto está sumergido en una bolsa llena de un líquido similar al suero, llamado líquido amniótico. Tiene la función de proteger al feto durante su crecimiento y permitir que pueda crecer y moverse libremente. Si no hubiera líquido amniótico el feto estaría aprisionado entre las paredes uterinas, lo cual comprometería su crecimiento, limitaría sus movimientos, con lo que las extremidades adoptarían posiciones inadecuadas, y el pulmón, por ejemplo, que es un órgano esponjoso que necesita espacio para ir desarrollándose, quedaría comprimido y no se podría desarrollar. También tiene la función de amortiguar los golpes o presiones sobre el abdomen materno y, de esta manera, proteger al feto. Lo mantiene caliente, hidratado y aislado del exterior hasta que está preparado para nacer. Y también es responsable de mantener un espacio donde el cordón umbilical esté libre y no pueda comprimirse o acodarse limitando el paso vital de la sangre por su interior.

¿Qué cantidad de líquido amniótico es normal?

La cantidad de líquido amniótico es variable de un embarazo a otro, pero tiene un volumen máximo de unos 800 ml entre el séptimo y el octavo mes para disminuir posteriormente hasta unos 600 ml al final del embarazo. La composición también varia durante el embarazo siendo prácticamente un filtrado del plasma materno en las primeras semanas de embarazo, pero a partir de final del primer trimestre una buena parte de su origen es orina fetal: el feto recibe en su circulación sangre que proviene de la placenta, por tanto, de la madre, ésta sangre lo nutre y el riñón la filtra y elimina en forma de orina, que el feto vuelve a deglutir y a orinar.
La cantidad de líquido amniótico se controla ecográficamente. Debe estar en su medida justa, ni demasiado ni demasiado poco. Ante una impresión subjetiva del ecografista de que la cantidad de líquido amniótico es inferior a lo normal hay maneras más objetivas para medirlo y monitorizarlos para valorar la evolución respecto a controles posteriores. Si en una ecografía se detecta una disminución o ausencia de líquido amniótico hablamos de oligoamnios o de oligohidramnios leve, moderado o severo según su gravedad y hay que buscar la causas.

Causas

  • Descartar una rotura de la bolsa amniótica y que el líquido se haya vertido al exterior.
  • Hay medicaciones que tomadas durante el embarazo disminuyen el volumen amniótico.
  • Cuando un feto por distintos motivos tiene un crecimiento inferior al esperado para su edad gestacional suele también tener menor cantidad de líquido amniótico.
  • Si hay alguna anomalía en las vías urinarias fetales que haga que el feto no genere orina o no la pueda expulsar también se traducirá en menor cantidad de líquido amniótico.
  • Algunas infecciones también pueden justificar un oligoamnios.

Tratamiento

El tratamiento dependerá de la causa, pues como pueden ser muy distintas también lo será el tratamiento:

  • Si se trata de una rotura de la bolsa amniótica la actitud variará en función de las semanas de gestación, si el feto es viable se inducirá el parto o realizará una cesárea. Si el feto todavía es muy inmaduro el pronóstico es malo.
  • Si la causa es una medicación se deberá suspender y buscar la alternativa adecuada.
  • Si hay un retraso de crecimiento fetal asociado habrá que intentar buscar si hay una causa asociada. En este caso podemos favorecer el crecimiento y secundariamente la cantidad de líquido amniótico con el reposo materno.
  • Si hay una malformación del sistema genitourinario fetal dependerá de la severidad de la misma y si tiene una posible corrección quirúrgica.

En algunos casos en que no hay una causa conocida, se conoce como oligoamnios idiopático, y si no es muy severo puede llevarse con los controles oportunos hasta la madurez fetal y que éste pueda ser extraído.

En cualquier caso, una disminución de líquido amniótico ha de ser valorada detenidamente por el especialista, que aplicará el protocolo específico en cada caso. Los Seguros de MAPFRE Salud

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Lo que debes saber…

  • La cantidad de líquido amniótico se controla ecográficamente. Debe estar en su medida justa, ni demasiado ni demasiado poco.
  • El tratamiento dependerá de la causa, pues como pueden ser muy distintas también lo será el tratamiento.
  • En cualquier caso, una disminución de líquido amniótico ha de ser valorada detenidamente por el especialista, que aplicará el protocolo específico en cada caso.