¿Puedo tener relaciones sexuales embarazada?
Resumen del contenido
Médico especializada en ginecología y obstetricia. Con más de dos décadas de experiencia en la profesión, es una experta en ecografía de 20 semanas, diagnóstico prenatal, parto, histeroscopia quirúrgica y laparoscopia, entre otras. Compagina su trabajo en diferentes centros con la docencia y la redacción de artículos.
Miedo a lastimar al bebé
El primer mito que hay que romper es que podemos hacer daño al bebé o poner en riesgo el embarazo con las relaciones sexuales. Es un miedo que algunas parejas pueden tener, sobre todo si han tenido algún desafortunado antecedente de un embarazo fallido. El sexo no provoca abortos, si el embarazo transcurre con normalidad y no hay ninguna contraindicación médica, se puede mantener una vida sexual normal.
La infinita mayoría de abortos son debidos a causas genéticas o placentarias, que no dependen de nada que la gestante pueda hacer para evitarlos. El embarazo que ha de ir bien lo hará independientemente de la actividad física de la embarazada.
Por el contrario, la sexualidad aporta salud física y psicológica, así que vivirla positivamente repercutirá también positivamente en el embarazo. Si el sexo nos aporta bienestar segregaremos endorfinas que llegan al feto transmitiéndole ese mismo bienestar.
Cambios físicos que influyen en las relaciones
Los cambios fisiológicos y anatómicos de la embarazada a lo largo de la gestación pueden influir en cómo serán las relaciones:
- El aspecto físico de la mujer cambia de forma evidente, el incremento de peso y volumen abdominal modifican su imagen corporal lo que puede influenciar de distintas formas sobre su autoestima.
- La modificación del volumen abdominal dificulta los movimientos y la agilidad, por lo que ciertas posturas o movimientos pueden verse limitados.
- La mucosa vaginal está más vascularizada y congestionada preparándose para poder estirarse durante el parto, esto hace que esté más lubricada y sensible. Estos cambios suelen ser positivos porque aumentan la capacidad sensitiva, pero en ocasiones la sensibilidad puede llegar a ser molesta.
- Las mamas también aumentan de tamaño y consistencia y los pezones se vuelven extremadamente sensibles hasta el punto de que, a veces, es desagradable o doloroso el tacto.
Cambios en el primer trimestre
Es muy habitual que la embarazada presente malestar general, náuseas, vómitos, cansancio y sueño. Es el periodo de riesgo de abortos espontáneos, cosa que genera alerta y preocupación, por lo que generalmente este trimestre se asocia a disminución de la libido de la actividad sexual.
Cambios en el segundo trimestre
La gestante se encuentra mejor, se incrementa la confianza en el embarazo y la positividad. Todavía se mantiene el cuerpo ágil por lo que durante este trimestre aumenta el deseo sexual
Cambios en el tercer trimestre
Se acerca el parto y por tanto la desconfianza de nuevo, y el miedo a perjudicar el bebé o anticipar el parto. La gestante se encuentra cada vez más incómoda por el volumen que está cogiendo el embarazo. Es difícil encontrar una postura que la permita moverse y no le presione el abdomen, por lo que en esta fase es frecuente que disminuya de nuevo la actividad sexual.
Cambios en el postparto
Se produce una pausa en el deseo sexual de la mujer durante las primeras semanas por múltiples factores.
- La mujer necesita recuperarse físicamente del parto y cicatrizar las heridas del periné o la cesárea.
- La cuarentena: durante las primeras 3 a 4 semanas se produce un sangrado debido a la cicatrización del tejido donde estaba adherida la placenta. Mientras dura este sangrado y se va volviendo a cerrar el cuello uterino son desaconsejables las relaciones sexuales.
- Pasado la cuarentena se pueden reanudar las relaciones sexuales, pero el recién nacido requiere mucha atención y resta muchas horas de sueño con lo que esta fase no se caracteriza por una gran actividad sexual.
- Si se hace lactancia materna la secreción de prolactina inhibe el ciclo para anteponer la crianza del bebé a la gestación de otro. Por ello, el organismo pone en segundo plano la función reproductiva y la libido, la lubricación y la elasticidad vaginales se resienten. así que hay que ser pacientes porque poco a poco todo volverá a ser como antes.
Entendiendo todos estos cambios, se puede gestionar mejor la influencia que cada etapa tiene en nuestro cuerpo y quitar miedos y mitos que rodean este tema.
Hay excepciones: embarazos de riesgo por sangrado, hematomas retroplacentarios, placentas previas o de inserción baja, en los que es recomendable no mantener relaciones sexuales.
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Lo que debes saber…
- Salvo algunas pocas excepciones, no hay motivo para no disfrutar de una vida sexual normal durante la gestación y el puerperio.
- Sí es cierto que los cambios fisiológicos y anatómicos de la embarazada a lo largo de la gestación pueden influir en cómo serán las relaciones
- El sexo no provoca abortos, conviene quitar ese miedo. Por el contrario, la sexualidad aporta salud física y psicológica a la embarazada.
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