Síndrome alcohólico fetal
Resumen del contenido
Médico especializada en ginecología y obstetricia. Con más de dos décadas de experiencia en la profesión, es una experta en ecografía de 20 semanas, diagnóstico prenatal, parto, histeroscopia quirúrgica y laparoscopia, entre otras. Compagina su trabajo en diferentes centros con la docencia y la redacción de artículos.
El término de Trastorno Espectro Alcohólico Fetal se refiere al conjunto de anomalías que puede presentar un niño debido al consumo de alcohol durante el embarazo. Cuando los síntomas o consecuencias son graves, se denomina Síndrome Alcohólico fetal.
Efectos del alcohol
El alcohol atraviesa sin ninguna dificultad la placenta. A las dos horas, el feto tiene el mismo nivel de alcohol en sangre que su madre, pero con la diferencia de que los daños que produce el alcohol en un sistema nervioso central que está en pleno desarrollo, son irreversibles.
Además, el feto tiene más dificultades para eliminar el alcohol que la madre en eliminarlo. Gran parte del alcohol que defeca el feto lo hace por vía urinaria y el feto intraútero orina en el líquido amniótico y asimismo lo ingiere, por tanto, se va reenvenenando constantemente sin poder librarse del alcohol.
Consecuencias
- En casos graves puede causar la muerte fetal.
- En el primer trimestre hay más riesgo de aborto espontáneo y de anomalías faciales como hendiduras palpebrales cortas (disminución del diámetro horizontal del ojo), labio superior delgado, ausencia o suavizamiento del surco entre nariz y labio.
- Se pueden producir trastornos cerebrales y conductuales, como retraso mental y microcefalia. Puede afectar a otros órganos como el corazón, riñón, huesos y la capacidad visual y auditiva.
- Habitualmente causa retraso del crecimiento fetal, con bajo peso al nacer y crecimiento en los percentiles bajos o patológicos durante toda la infancia.
Síntomas del Síndrome Alcohólico fetal
Los síntomas pueden ser desde muy leves a muy severos, y el deterioro del sistema nervioso central puede no ser evidente en los primeros años de vida y tardar en diagnosticarse.
Algunos casos leves presentan sólo problemas conductuales, que son los más frecuentes, presentes en el 70% de los niños afectados. Dentro de estos problemas conductuales podemos encontrar:
- Trastornos del sueño o del humor
- Capacidad de memoria disminuida
- Dificultades en la coordinación motora
- Impulsividad y/o deshinibición
- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
- Retraso en el aprendizaje y dificultades en razonamientos abstractos y el uso del lenguaje pragmático.
Todos estos problemas pueden traer como consecuencia fracaso escolar, problemas legales, conductas sexuales inapropiadas, abuso de sustancias tóxicas, alcohol y drogas, mayor índice de criminalidad y dificultades de acceso al mundo laboral.
El diagnóstico
Para el diagnóstico de Síndrome Alcohólico fetal han de reunirse tres criterios:
- Retraso de crecimiento prenatal y/o postnatal.
- Presencia de los tres signos faciales típicos.
- Presencia de cualquiera de los déficits neurológicos asociados.
Ante estos tres criterios se puede diagnosticar el Síndrome Alcohólico Fetal completo incluso si no hay confirmación materna de la ingesta de alcohol.
¿Se puede tratar?
Los trastornos del espectro alcohólico fetal no tienen cura, pero existen múltiples terapias de soporte para sacar el máximo potencial de estos niños, por eso es importante el diagnóstico precoz.
Con entrenamiento, tanto de los padres como de los niños, técnicas de modificación de conducta, intervenciones educativas y soporte en las escuelas y a las familias se puede mejorar el pronóstico de estos niños. También es importantísimo el diagnóstico para que no se repita en embarazos posteriores identificando el problema y animando a las madres a suspender el consumo de alcohol.
Lo que debes saber…
- El efecto del alcohol sobre el feto es la principal causa de retraso mental y además es una causa evitable.
- La única manera de asegurarnos de no sufrir el síndrome es evitando completamente la ingesta de alcohol.
- Se trata de un trastorno que no tiene cura pero puede mejorar su pronóstico con diversas terapias.
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