La función principal de la glándula mamaria es la de producir leche para alimentar al hijo después del nacimiento.

Para ello su desarrollo empieza a las 18-19 semanas de embarazo con la identificación de los brotes mamarios en la piel del feto y la formación de un cojinete graso en el tejido subcutáneo con una extensión de conductos, ramificaciones y canalizaciones hasta formar el sistema ductal mamario rudimentario presente en el recién nacido. En algunas ocasiones el recién nacido puede tener una escasa producción láctea por la influencia de la prolactina materna.

Desarrollo glándulas mamarias durante la pubertad

En el estadio prepuberal las vesículas mamarias se transforman en conductos, sin identificarse los alveolos.

Durante la pubertad con el inicio del funcionamiento del eje hipotálamo-hipófisis-ovario empieza la producción hormonal que produce la telarquia, es decir el inicio de la maduración mamaria. Los estrógenos producen un aumento en los conductos mamarios y la progesterona un aumento del volumen y la aparición de los acinos mamarios. Los estrógenos y la progesterona de los ciclos menstruales permiten un desarrollo mamario continuo durante la edad adulta.

Función de las glándulas mamarias en el embarazo

En el embarazo y por acción de las hormonas segregadas se produce un aumento de los conductos y acinos desde la 5-8 semana de gestación. Además se produce un aumento de la vascularización y una dilatación venosa superficial y una hiperpigmentación de la areola y el pezón. En la primera mitad de la gestación aumenta el sistema de conductos y se forman nuevos acinos. En la segunda mitad de gestación se inicia la actividad secretora y es la responsable del aumento de volumen mamario a partir de las 20 semanas de embarazo.

A los 2-4 días postparto se ingurgitan las mamas por el aumento de secreción en ellas. Se inicia la lactogénesis después del parto, es decir la secreción de leche, estimulada por la producción de prolactina en la hipófisis. La velocidad de producción en los diferentes alveolos hace que la leche se produzca de forma continua. El reflejo liberador de prolactina se produce por el estímulo areola-pezón que por vía de un reflejo neurohormonal permite la liberación de prolactina que estimulará la producción de leche a nivel de las células alveolares mamarias. Se necesita un estímulo adecuado de succión para mantener la producción de prolactina.

La leche de los alveolos no fluye espontáneamente a los conductos sino que precisa del reflejo eyectolácteo. Las fibras mioepiteliales de los alveolos se contraen en respuesta a la oxitocina liberada por la hipófisis y evacuan la leche hacia los conductos. El estímulo a la liberación de oxitocina es básicamente los estímulos mecánicos del complejo areola-pezón pero también se libera por estímulos visuales, auditivos u olfatorios. La oxitocina es la hormona de la galactopoyesis, es decir del mantenimiento de la lactancia.