Resumen del contenido
Los factores de riesgo se dividen en dos categorías: primarios y secundarios. Las causas llamadas primarias incluyen las alteraciones en determinados genes que controlan las vías de absorción, fabricación y eliminación de las grasas. Las llamadas causas secundarias son dislipemias debidas a ciertas enfermedades, al consumo de fármacos o a malos hábitos de vida como tabaquismo, alcoholismo, sedentarismo y obesidad.
Cuantos más factores de riesgo tenga una persona mayor es su probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular. Aún así, algunos factores de riesgo pueden modificarse o tratarse.
Entre las causas primarias destaca:
Sexo
Los hombres, en general, tienen un riesgo mayor que las mujeres de sufrir un evento cardiovascular. Los estrógenos de la mujer protegen frente a enfermedades del corazón. Cuando el nivel de estrógenos disminuye con la menopausia el riesgo se iguala en ambos sexos.
Herencia
La persona que tenga antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular, tiene aumentado el riesgo.
Edad
Con la edad las paredes de las arterias se endurecen y pierden flexibilidad aumentando el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Aproximadamente 4 de cada 5 muertes debidas a una enfermedad cardíaca se producen en personas mayores de 65 años de edad.
Entre las causas secundarias destacan:
Tensión arterial alta o hipertensión
Mantener una tensión alta aumenta el riesgo de sufrir una enfermedad vascular. Además, si la persona es obesa y/o fumadora el riesgo es mayor.
Colesterol elevado
Mantener el colesterol elevado en sangre es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. El colesterol puede estar elevado por varios motivos: consumo de una dieta rica en grasas de origen animal, consumo de algunos fármacos (por ejemplo, ciertos diuréticos) y por la presencia de algunas enfermedades: del tiroides (hipotiroidismo), del riñón (síndrome nefrótico) o del hígado (colestasis). Sin embargo, la hipercolesterolemia más frecuente, es la genética conocida como hipercolesterolemia familiar.
Diabetes
Mantener un nivel elevado de glucosa o azúcar sanguíneo aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular. La Asociación Americana del Corazón (AHA) confirma que el 65% de los pacientes diabéticos mueren por algún tipo de enfermedad cardiovascular.
Obesidad y sobrepeso
Un exceso de grasa corporal aumenta las probabilidades de adquirir otros factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, colesterol, diabetes,..)
Tabaquismo
El tabaco contiene unas sustancias químicas que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular. El tabaco afecta especialmente al sistema vascular periférico produciendo un mal retorno venoso (vasos sanguíneos que riegan los brazos y las piernas).
Sedentarismo
El ejercicio ayuda a controlar los niveles de colesterol y azúcar (glucemia) y, también, disminuye la presión arterial. Fortalece el músculo cardíaco y hace más flexibles las arterias. Por todo ello, el sedentarismo aumenta el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
El estrés
Es un factor contribuyente al riesgo cardiovascular pero cada persona se enfrenta al estrés de manera distinta. Aún así, se ha descubierto que mantener un nivel de estrés elevado y mantenido aumenta la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, la adrenalina (hormona que aumenta la tensión arterial) y el riesgo de formación de coágulo (embolia).
Alcohol
Un consumo elevado de alcohol aumenta la tensión arterial y predispone al accidente cerebrovascular y a enfermedades del corazón.
Si necesitas orientación médica 24 horas o asistencia médica especializada, recuerda que el Seguro de MAPFRE Salud incluye esas coberturas y otras ventajas.