Resumen del contenido
1. Sofocos
Los sofocos son uno de los síntomas característicos de la menopausia. Se perciben como una súbita sensación de calor que surge del pecho y produce un aumento del flujo sanguíneo hacia el cuello, la cara y el tórax, acompañado de sudoración y palpitaciones. Suelen durar unos minutos aunque pueden hacerlo durante más tiempo. La temperatura corporal puede aumentar entre 1-2 ºC y al acabar se acostumbra a producir una sensación de frío. La aparición de sofocos durante la noche se asocia a interrupciones del sueño, dificultad en la concentración y falta de memoria.
2. Irritabilidad
La irritabilidad es muy frecuente, dolores de cabeza y fatiga junto con alteración del estado de ánimo con tendencia a estados depresivos, tristeza, apatía, dificultad en la concentración y disminución de la libido.
3. Atrofia de órganos
A medio plazo se produce disminución del trofismo de algunos órganos por la bajada en el nivel de los estrógenos circulantes en sangre. La vagina, la uretra y la vejiga urinaria sufren estos cambios hormonales. Por ello producen síntomas como son la dispareunia (dolor en las relaciones sexuales) por la falta de lubricación debida a la atrofia, la disuria que es el dolor al orinar, la incontinencia urinaria y aumento de la frecuencia de infecciones como la cistitis y la vaginitis.
4. Sequedad vaginal
Además del dolor en las relaciones, la sequedad vaginal produce picor vulvar y sensación de quemazón.
5. Osteoporosis
A largo plazo los efectos de la menopausia son básicamente la osteoporosis y el aumento del riesgo cardiovascular. La osteoporosis se produce por un aumento de la destrucción normal del hueso sin que aumente su formación en la misma proporción. La consecuencia es la disminución del calcio en los huesos lo que aumenta su fragilidad y su facilidad para las fracturas. Es una enfermedad que no produce dolor, se desarrolla de forma asintomática hasta la aparición de una fractura.
6. Problemas cardiovasculares
7. Obesidad
8. La piel y las uñas
La piel y el cabello también cambian por la disminución de los estrógenos produciéndose una disminución de las fibras colágenas. La piel se hace más fina y débil, pierde elasticidad y se deshidrata por lo que aumentan las arrugas. Disminuye el vello púbico, el vello axilar y hay una pérdida en la cantidad de cabello.