La hemoglobina circulante es hasta un 15% menor, por lo que el oxígeno que circula en sangre también lo es. Esto es un factor importante a tener en cuenta, cuando pensamos en la concentración de oxígeno que le llega a los tejidos.

Estos factores, añadidos a la presencia o no de las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) son importantes cuando hablamos de la respuesta ante una exigencia física, la práctica deportiva. Pero ello no repercute en los beneficios que hacer deporte le genera al organismo.

Factor de protección para el corazón

Para ambos sexos, la práctica de actividad física es un factor de protección cardiovascular. Los expertos no se cansan de repetir que “moverse”, un mínimo de 30-45 minutos al día, nos confiere cierta protección delante de posibles complicaciones y reduce los factores de riesgo de patologías cardiovasculares. El sedentarismo aumenta el riesgo de sufrir aterosclerosis o hipertensión. Este se asocia directamente a la aparición de obesidad y aumento de colesterol, factores claramente negativos.

Según los últimos estudios, el sedentarismo causa el doble de muertes en Europa que la obesidad y es la cuarta causa de muerte detrás de la hipertensión, tabaco y diabetes.

En el caso de las mujeres, la presencia de las hormonas, en concreto los estrógenos, son un factor de protección. Durante la edad fértil estas hormonas actúan de tal manera que el riesgo de sufrir un infarto, por ejemplo, es menor si lo comparamos con el riesgo masculino. Pero en el momento en que se entra en la menopausia, las cifras se van equiparando e incluso la mortalidad es mayor en ellas que en ellos, de hecho la enfermedad cardiovascular, es la primera causa de muerte entre la población femenina en España. Es pues evidente que, el ejercicio es básico para luchar contra todos aquellos factores que van a repercutir de manera negativa.

En la infancia

Las cifras de patologías cardiovasculares se centran en adultos, pero no debemos olvidarnos de los niños. La obesidad infantil es una patología que está creciendo y alcanzando cifras alarmantes entre las sociedades desarrolladas.

Los profesionales alertan, que la falta de hábitos saludables, entre ellos el exceso de ingesta y el sedentarismo aumentan los riesgos de los más pequeños. La hipertensión infantil es uno de estos riesgos y según estudios más recientes, las niñas la sufren más que los niños. Incluir el ejercicio en su rutina, no solo va a ayudar a que la niña se sienta mejor, sino a reducir aquellos posibles problemas cardiacos que pudieran aparecer la larga.

Andar, pedalear, correr, bailar… cualquier ejercicio de tipo aeróbico es una terapia preventiva y ayuda a mantener a nuestro corazón sano y preparado para luchar contra factores de riesgo.

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Lo que debes saber…

  • La respuesta ante una exigencia física como es la práctica deportiva es diferente en la mujer, pero los beneficios que aporta al organismo son los mismos que en el hombre.
  • El sedentarismo, en cualquier caso, aumenta el riesgo de sufrir aterosclerosis e hipertensión.
  • En las mujeres, la presencia de hormonas (estrógenos en concreto) es un factor de protección cardiovascular.