¿Qué hacer?
Es fundamental que el niño se sienta integrado en el grupo. El rechazo por parte de los otros niños puede generar problemas de autoestima en el niño. En casa se debe seguir la línea de una educación positiva con límites y mucho afecto. Deben ser reconocidos y felicitados sus logros para alimentar la autoestima del niño y fomentar la expresión de los sentimientos en la comunicación familiar.
Los fracasos forman parte de la vida del niño tanto escolar como personal. Se deben afrontar con positividad y espíritu de superación y nunca banalizarlos. Es importante trabajar con el niño la tolerancia a la frustración. Es un periodo clave en la formación de la personalidad, en ella influyen la familia y el resto de las relaciones sociales.
De los 6 a los 8 años la familia sigue siendo muy importante para él y ahora también lo empiezan a ser los amigos y profesores. Se forman los primeros grupos de amigos y son frecuentes los juegos en equipo. Son relaciones frágiles que se pueden romper por cualquier pequeño contratiempo. El concepto de amigo es aquel que le complace.
En esta edad se conocen las normas e intenta seguirlas, aunque puede empezar a hacer trampas para salirse con la suya, pero es consciente de que lo está haciendo mal y suele sentirse mal por ello. En estos primeros dos años de esta etapa empieza a forjarse el sentimiento de justicia y recurre a frases como «esto no es justo» para que se le trate como a los demás.
Momento de darle autonomía
Es el momento de darle pequeñas responsabilidades en las tareas domésticas o recados sencillos (poner la mesa, recoger la ropa sucia ) y debe ordenar sus juguetes. De los 8 a los 10 años sus emociones son más equilibradas (aunque se puede enfadar con frecuencia), se forma una imagen de sí mismo y puede empezar a compararse con los demás. Necesita el refuerzo de los adultos y su aprobación para fomentar su autoestima.
La familia y la escuela son referentes importantes y en los juegos colectivos es capaz de poner las normas y saber que si no las cumple no le admitirán en el grupo. Empieza a entender la amistad como algo bidireccional, es decir, que ambas partes deben implicarse para agradar al otro. Empieza a distinguir lo que está bien y lo que está mal y es capaz de reflexionar sobre ello. A nivel moral comprende conceptos abstractos como mentira-verdad y los aplica a la vida cotidiana.
En los 10-12 años entiende la amistad como algo recíproco de personas que comparten gustos e intereses; valora la fidelidad. Hay una comprensión total de las normas y las ve como necesarias para una buena convivencia. Ya tiene la suficiente capacidad de cuidar de sí mismo (higiene), de una mascota o hacer recados más complejos que antes.
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