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El tiempo lo pone el niño
La función de los padres en el abandono del pañal es de observación: deben ser pacientes y detectar el momento más adecuado para hacerlo. Si el niño tiene entre 18 meses y dos años es el momento idóneo para comprar un orinal o un reductor de inodoro y ponerse manos a la obra.
Lo importante es no tomarse el tema del abandono de los pañales como una obligación con fecha de caducidad y nunca compararlo con otros casos. Es importante no forzar al pequeño ni obligarle a que sea un proceso rápido. El tiempo lo pone el niño. La retirada del pañal diurno es más fácil que el nocturno pero el abandono total (día y noche) es un proceso que puede durar incluso más de un año.
La mayoría de los niños aprenden a controlar los esfínteres durante el día entre los 22 y los 30 meses, aunque muchos siguen teniendo escapes hasta después de los tres años. De hecho, cerca del 20% de los niños siguen mojando la cama al llegar a los cuatro años. Las niñas suelen aventajar a los niños porque su maduración física y psicológica es más temprana. A los niños que tienen hermanos les puede resultar más atractivo dejar el pañal por imitación de los mayores.
¿Está preparado mi hijo para abandonar el pañal?
Para que un niño sea capaz de ser continente (no hacerse pipí ni caca encima) son necesarias dos condiciones básicas:
- La maduración del sistema nervioso: permite reconocer la sensación de vejiga llena, por lo tanto, las ganas de miccionar y defecar. Hasta casi los dos años, el niño no tiene una percepción clara de dicho estímulo y, si la vejiga está hinchada, se vacía sin dar tiempo al pequeño a tener la sensación de plenitud. Por este motivo, imponer el orinal antes de esta edad no tiene sentido.
- El control voluntario de los esfínteres: el niño es capaz de controlar cuando quiere miccionar o defecar. Este proceso se suele iniciar a los 20 meses.
Podemos reconocer que los niños están preparados para dejar el pañal cuando avisan al evacuar, si permanecen secos varias horas y no se orinan por la noche. También es importante evaluar el grado de madurez global del niño: si tiene cierto grado de lenguaje, reconoce partes de su cuerpo, si es capaz de subir y bajar escaleras o de tener una buena habilidad manual. Todo esto nos da pistas de que el niño puede conseguir este nuevo reto.
Buenas prácticas para retirar el pañal con éxito
- Tres palabras mágicas: paciencia, cariño y respeto.
- No hay vuelta atrás… Si se llega a la conclusión de que es el momento de retirar el pañal, debe hacerse hasta el final.
- Comprar juntos el orinal o el reductor de inodoro: iniciar el proceso como un juego en el que primero se sienta en el orinal el osito y después el niño (aunque sea con ropa). Luego empezar las rutinas: por la mañana, antes y después de cada comida, antes de ir a dormir… Lo importante es que el orinal no genere miedo en el niño. En el caso del reductor del inodoro, es una buena idea comprar un alzador para que no le cuelguen las piernas ya que resulta incómodo, sobre todo para la defecación.
- Tener un orinal de viaje: para las primeras semanas o meses cuando se salga de paseo, al parque…
- Ponerse de acuerdo con la guardería: la unión de maestras y papás es la clave del éxito.
- Vestir al niño con ropa de fácil desabrochar: pantalón con goma, faldas y camisetas sin corchetes en la entrepierna…
- Felicitar y reforzar su autoestima: animar al niño con frases como “los chicos grandes como tú ya no llevan pañal” y aplaudir sus éxitos.
- No desesperarse ni regañar: ser pacientes y mantener la calma.
- Imitar a los mayores: que vayan al baño los papás o con los hermanos puede ser de gran ayuda ya que los pequeños tienden a imitar a los mayores que quieren o admiran.
- Esperar a que el niño esté preparado: si hay una negación rotunda a iniciar el proceso, se debe mantener la calma y aguardar unas semanas antes de volver a intentarlo.
- No iniciar la retirada del pañal si se prevé una situación que pueda estresar al niño: la llegada de un nuevo hermanito, una separación o el cambio de guardería pueden producir un retroceso en su proceso de aprendizaje.
- La retirada del pañal no entiende de estación del año: todas las épocas del año son buenas para abandonar el pañal si el niño está preparado. Debe primar su maduración y no exclusivamente la comodidad de los padres.
- Los niños están preparados para dejar el pañal cuando avisan al evacuar, si permanecen secos varias horas y no se orinan por la noches.
- La retirada del pañal diurno es más fácil que el nocturno pero el abandono total (día y noche) es un proceso que puede durar incluso más de un año.
- Iniciar el abandono como un juego, ponerse de acuerdo con la guardería para iniciar la retirada o imitar a los mayores son prácticas que ayudarán a que el proceso sea más rápido.