Causas

El dolor de cabeza puede tener múltiples orígenes, y en la mayoría de casos su causa es banal, sin importancia. Aún así se tiene que tener presente que puede ser el primer síntoma de enfermedades graves como la meningitis, encefalitis o tumores cerebrales.

El dolor de cabeza no se origina en el cerebro, sino en las estructuras vecinas, cómo las arterias craneales, las venas intracraneales, los nervios craneales y espinales, las meninges, los músculos craneales y cervicales, los senos paranasales, la nariz, los dientes, la piel, etc.

Tipos de cefaleas infantiles

  • Agudas: son las que están causadas por la fiebre, infecciones: otitis, sinusitis, meningitis y los traumatismos craneales.
  • Subagudas: como la cefalea tensional, migrañas, tumores o hidrocefalia.
  • Crónicas o recurrentes: sobre todo debidas a migraña, cefaleas tensionales, problemas de visión, tumores, abuso de analgésicos.

Síntomas

El tipo de dolor y la intensidad dependen de la causa que origines la cefalea. En algunas ocasiones es el síntoma principal y, en otras, acompañará a otros síntomas.

Podemos dividir las cefaleas en dos grandes grupos en función de si asocian fiebre o no:

  • Cefalea y fiebre: la fiebre por sí misma puede ocasionar dolor de cabeza y cierta rigidez en los músculos del cuello. Todo esto desaparece al bajar la temperatura. Se ha de sospechar un proceso grave como una meningitis cuando la cefalea va acompañada de vómitos violentos y un dolor de nuca persistente.
  • Cefalea sin fiebre: en la mayoría de casos se trata de migrañas y cefaleas tensionales. Con muchísima menos frecuencia se trata de un tumor o una hidrocefalia.

El Pediatra realiza el diagnóstico mediante los síntomas y la exploración física. Tan solo en algunas ocasiones una cefalea precisa pruebas diagnósticas más complejas como una radiografía de senos paranasales, un TAC o Resonancia cerebral.

¿Y la migraña?

Es una causa muy frecuente de dolor de cabeza en los niños. Aproximadamente una tercera parte tiene su primer episodio de migraña a los 4-5 años. Las características de la migraña son:

  • Dolor que dura entre 2 horas y 3 días
  • Dolor pulsátil como un latido
  • Dolor a un lado de la cabeza
  • Dolor es intenso y el niño deja de hacer sus actividades normales, como jugar o ver la televisión
  • Nauseas y vómitos (en algunos casos)
  • Fotofobia o  molestias de la luz
  • Sonofobia y molestias de sonidos.
  • Aura (ver lucecitas, moscas volando, rayas negras…)
  • Hormigueo en alguna parte del cuerpo

Mejoran con el sueño y el descanso y lo más frecuente es que haya familiares cercanos al niño que padezcan migrañas.

Desencadenantes de la migraña

Existen factores que pueden ser precipitantes y que desencadenan la migraña:

  • Chocolate, frutos secos, queso, helados, conservas, especias, picantes y cítricos
  • Ayuno prolongado
  • Ejercicio físico
  • Factores climáticos
  • Sobrecarga escolar
  • Sobrecarga emocional
  • Ruidos, luces brillantes, luces intermitentes
  • Diversos fármacos

El tratamiento de las migrañas requiere de un ambiente tranquilo, con poca luz y pocos ruidos. Se utilizan analgésicos de diversos tipos según la intensidad del dolor. En los casos más graves y que repiten a menudo el Pediatra puede pautar un tratamiento preventivo.

Cefalea tensional

Es una causa frecuente de cefalea. Los factores que la desencadenan son psicógenos, como problemas escolares, familiares que ocasionan un estado de ansiedad. No se agrava con la actividad física ni despierta al niño por la noche. Suele darse en niños ansiosos, que describen un dolor continuo localizado en la nuca o por toda la cabeza que no es pulsátil ni le molesta la luzni los ruidos. Con frecuencia les duele la barriga y asocian vómitos. Es típico que el dolor no aparezca durante el fin de semana ni durante las vacaciones.

Hay que consultar al Pediatra si:

  • La cefalea se acompaña de vómitos y fiebre alta.
  • Si se acompaña de somnolencia inexplicable.
  • Si el dolor despierta al niño por la noche.
  • Si se presentan vómitos sin náusea previa.
  • Si se acompaña de cambios de carácter, tristeza, apatía o disminución del rendimiento escolar.
  • Si el niño presenta mayor torpeza de movimientos, disminución de la visión o de la audición.
  • Cuando el dolor no cede con la medicación habitual.
  • Si el dolor dura días-semanas y no cede.
  • Si duele la cabeza con los cambios de postura.

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