¿Qué son los lunares congénitos o nevus?
Resumen del contenido
Pediatra, experta en acupuntura y nutrición oncológica. Actualmente lidera la Unidad de Oncología Pediátrica Integrativa del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. Ha sido pionera en España desarrollando la acupuntura infantil como un procedimiento médico complementario, seguro e indoloro. Compagina su trabajo con la docencia.
¿Qué es?
Los lunares congénitos o nevus son un tipo de lesión pigmentaria de la piel que aparece en el nacimiento. Son relativamente frecuentes y producen un defecto estético importante en algunos casos. Según el tamaño que tengan pueden aumentar el riesgo de padecer melanoma en la vida adulta.
Causas
Los nevus están formados por aglomerados de células de la piel. En el caso de los lunares o nevus melanocítico, estas células son melanocitos. Los nevus melanocíticos pueden ser congénitos o adquiridos. Un nevus melanocítico congénito aparece en el 1% de los recién nacidos. Se clasifican en tres tipos:
- Pequeños: son los más frecuentes y miden menos de 1,5 cm de diámetro.
- Medianos: miden entre 1,5-20 cm de diámetro.
- Gigantes: más de 20 cm de diámetro.
Síntomas
Los nevus pequeños y medianos pueden tener un aspecto muy variado: desde una pequeña mancha hasta ser una lesión sobreelevada y de color marrón oscuro. Se localizan preferentemente en el abdomen,
hombros y extremidades. Los nevus gigantes pueden estar recubiertos de pelo y pueden llegar a cubrir áreas completas del tronco o una extremidad completa. La pigmentación puede ser irregular adquiriendo diferentes tonalidades de marrón. La superficie se puede tornar rugosa.
El riesgo de malignización (de desarrollar en el futuro un melanoma) va en función del tamaño. Los nevus pequeños con poca frecuencia malignizan. Tan solo los gigantes tienen un riesgo elevado de desarrollar cáncer de piel.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es reducir el riesgo de desarrollar un cáncer de piel y, en un segundo término, mejorar el aspecto estético del niño. Con los nevus pequeños se recomienda su control periódico para controlar si hay cambios en el color o en el aspecto o si crece (signos de una posible malignización).
En los nevus medianos se recomienda una biopsia de una parte de ellos para ver como es su estructura interna; si son superficiales, el riesgo de malignización es bajo y no se quitan. Si por el contrario, son nevus profundos, existe mayor riesgo de malignizar y se quitan mediante cirugía. En los nevus gigantes el tratamiento es más complicado por la gran área afectada. Se deben reseccionar precozmente y reparar la piel mediante injertos.
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