¿Qué es?

El trastorno de conducta es un trastorno del comportamiento que puede ser diagnosticado en el niño y el adolescente y se caracteriza por comportamientos antisociales que violan las reglas sociales y dificulta la convivencia con sus iguales.

Los comportamientos antisociales pueden incluir: irresponsabilidad, los comportamientos transgresores (absentismo escolar, escaparse de casa…), violación de los derechos de los demás (robar) o la agresión física. Normalmente unos comportamientos acompañan a otros y bien pueden darse de forma aislada.

Causa

Las causas del trastorno de conducta son multifactoriales aunque se cree que hay un peso genético importante y el tipo de entorno donde crece el niño también, es decir, que los niños que crecen en hogares desestructurados tienen mayor probabilidad de desarrollar un trastorno de la conducta. También se ha visto una relación entre el nivel socioeconómico bajo y este tipo de trastornos. Son pacientes que pueden desarrollar comportamientos delictivos.
Los trastornos de la conducta afectan entre 1-4% de los niños entre 9 y 17 años y es más frecuente en los chicos.

Síntomas

A menudo el trastorno de conducta se manifiesta junto con otros trastornos del estado de ánimo como ansiedad o estrés, trastorno de déficit de atención e hiperactividad o abuso de drogas.

La sintomatología de los trastornos de conducta interfiere en las relaciones con los demás, el aprendizaje y en la adaptación del niño en la escuela.

Los síntomas más comunes se pueden dividir en cuatro grandes grupos:

  • Conducta agresiva: pueden ser amenazas o agresiones físicas/verbales hacia los demás. Se puede manifestar como un comportamiento intimidante, tendencia a las peleas, uso de armas, crueldad con los animales o abusos de todo tipo.
  • Conducta destructiva: como vandalismo, destrucción de lo ajeno, provocar incendios.
  • Engaño: uso habitual de la mentira, robo y delincuencia.
  • Transgresión de las reglas: en los niños o adolescentes es típico el no asistir a la escuela, hacer bromas pesadas, escaparse de casa o iniciar precozmente la actividad sexual.

Tratamiento

El tratamiento se ha de individualizar pero puede incluir terapia cognitivo conductual para aumentar la capacidad del paciente para resolver problemas y aumentar la capacidad de comunicarse o controlar los impulsos y la ira. La terapia familiar o en grupo también puede ser interesante.

La medicación no se considera muy eficaz en este tipo de trastorno salvo para paliar algunos síntomas como la ansiedad. Recuerda que el Seguro de Salud MAPFRE ofrece, entre otras coberturas, el Servicio de Orientación Médica Pediátrica y de Orientación Psicológica, ambos de acceso gratuito para los asegurados.

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