10 ideas para que tu hijo coma pescado
Resumen del contenido
- Algunos consejos para que tus hijos coman pescado
- Comer en compañía de otros niños
- Involucrarle en la preparación de la comida
- Presentación apetitosa
- Evitemos las espinas
- Formando parte de platos que le agraden
- Presentar poca cantidad y cuando tenga hambre
- Dar ejemplo
- Ofrecer diferentes variedades de pescado
- No perder la calma ni el buen humor
- Crear ambiente favorable
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Hay ciertos alimentos que suelen ser poco aceptados por el público infantil y uno de ellos es el pescado. Sea por las espinas, por el poco sabor de algunos o el sabor fuerte de otros… el pescado es uno de los alimentos que por lo general más cuesta que coman con normalidad y sin quejas. ¿Necesitas algunas ideas para que tu hijo coma pescado?
Intentar que coman acompañados de otros niños a los que sí les guste el pescado, hacer una presentación atractiva y vistosa, con distintas texturas y colores para que sea más apetitoso o escoger tipos de pescado con poca espina, ya que las espinas pinchan y son difíciles de apartar; estos son algunos consejos para conseguirlo:
Algunos consejos para que tus hijos coman pescado
Comer en compañía de otros niños
A menudo el comportamiento de los niños varía en función del ambiente en el que se encuentren, de manera que generalmente aceptarán mejor tomar un alimento nuevo o poco deseado cuando lo tomen en compañía de otros niños que si lo coman.
Involucrarle en la preparación de la comida
Generalmente la cocina es una tarea reservada a adultos y los niños no entran en contacto con los alimentos hasta que se les presenta el plato en la mesa. Dentro de sus posibilidades debemos permitir y animar a que colaboren en todo el proceso previo: compra, lavado, pelado, cocinado, presentación. Cuando los niños se implican en la preparación de un plato valoran más esa labor y aceptan mucho más el resultado final animándose a probar cosas nuevas.
Presentación apetitosa
No pensemos que para un niño tomar pescado tiene que consistir en comer merluza al vapor; juguemos con todas las posibilidades que tenemos para dar nuevas formas, colores, texturas y sabores al plato. Una presentación atractiva y vistosa siempre ayudará a una mejor aceptación.
Evitemos las espinas
Uno de los principales problemas del pescado son las espinas, pues para ellos es engorroso apartarlas, pinchan… Escojamos tipos de pescado con poca espina (rape, merluza…) o piezas de pescado sin espina (lomos o corazones). Podemos adquirir filetes congelados sin espina, la calidad nutricional del pescado congelado será buena siempre que su congelación y conservación en frío haya sido correcta.
Formando parte de platos que le agraden
Si existen preparaciones que se aceptan bien podemos introducir el pescado en estas preparaciones, por ejemplo: pasta con trocitos de salmón, pastel de merluza y gambas, buñuelos o croquetas de bacalao, bocadillo de calamares, hamburguesas de jurel, rape en su salsa preferida.
Presentar poca cantidad y cuando tenga hambre
En ocasiones el problema que puede representar un alimento nuevo o poco aceptado se puede ver agravado por el hecho de ofrecer demasiada cantidad o servirlo cuando el niño tiene poca hambre, debemos evitar estas coincidencias.
Dar ejemplo
Los niños son imitadores natos, nada mejor para que acepten un alimento que comer todos lo mismo y ver como los demás, padres, hermanos, amigos… comen todos el pescado igual que él o ella y con total normalidad.
Ofrecer diferentes variedades de pescado
Existen muchas variedades de pescado y muchos tipos de preparaciones posibles, quizás el bacalao no sea bien aceptado pero sí lo sea la merluza, tal vez no soporte las sardinas pero sí los salmonetes, juguemos con la variedad y poco a poco iremos introduciendo más diversidad a la dieta.
No perder la calma ni el buen humor
A pesar de que la comida a menudo representa un motivo de preocupación y esto puede desembocar en tensión y nervios, procuremos no perder los nervios y mantener siempre una sonrisa que siempre favorecerá un buen resultado.
Crear ambiente favorable
Distendido y abierto a cambios. Es complicado que un niño que no sea buen comedor de por sí coma bien en un ambiente con prisas, tensión, malas caras, ajetreo, desatención o atención excesiva…
Debemos respetar las iniciativas de nuestro hijo, si quiere tomar el alimento junto con otro o por separado, o el orden en que desee comer. El respeto de estas pequeñas iniciativas puede favorecer que se acabe aceptando el alimento rechazado de entrada.
Hay que animar a comer de todo y no rendirse, sacar fuerzas para seguir intentado la aceptación de los alimentos mediante distintas estrategias, ahora bien, no forzar u obligar a comer pescado.
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