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Para muchos niños la llegada de las vacaciones de verano implica un cambio radical del día a día. El hecho de no tener colegio, ya sea pasando los días en casa de familiares o incluso estando de vacaciones con los padres, al no tener una rutina el entorno se vuelve más permisivo y la alimentación no se salva de estos cambios: comer a deshoras y sin demasiada supervisión permite un mayor consumo de alimentos poco saludables, como polos, refrescos, snacks… que acaba alterando, y mucho, la alimentación habitual.
No se trata de que sigan una dieta estricta, pero mantener una rutina en las comidas principales que se realizan en casa a base de alimentos caseros y aprovechar para llevar alimentos saludables en los momentos de ocio, como las comidas que se realizan en la playa o la piscina, nos garantiza que una buena parte del día sigan comiendo alimentos saludables.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de preparar comida saludable?
Las tentaciones que encontramos en el “chiringuito” o el bar de la piscina son muchas: helados, bollería, snacks como las patatas fritas… se presentan casi como únicas opciones para los más pequeños, por lo que la mejor opción será llevarse la comida saludable preparada de casa.
- Deben ser alimentos ligeros y que puedan consumirse fríos, y que sean igual de apetecibles que si se consumieran calientes.
- Las neveras son la mejor opción para transportar la comida, siempre estará fresco y manteniendo sus propiedades. Pueden conservarse con “placas” refrigeradoras que aún mantienen mejor las bajas temperaturas.
- Se aconseja protegerlo del sol directo hasta la hora de consumirlo.
- Las ensaladas son la mejor opción para llevar a la piscina y/o playa, pues con base de cereal como el arroz o la pasta, verdura como la lechuga, tomate, zanahoria… y una proteína de buena calidad como pollo, huevo duro, gambas cocidas, atún…, estarán comiendo un plato completo, ligero, refrescante y muy apetecible. Además pueden añadirse, frutos secos, semillas, fruta… al gusto de cada familia y niño.
- No han de ser comidas muy pesadas de digerir, pues los niños no reposarán demasiado antes de salir corriendo.
- Refrescantes: serán mejor aceptadas si el alimento está fresco.
- Llevar el aliño aparte, al menos el aceite para evitar que no quede “pocho” a la hora de comerlo.
¿Qué podemos comer en la playa o la piscina?
- Ensalada de pollo y espirales de colores: tomate, lechuga tipo escarola, lechuga roja, tomates cherry, espirales de colores, pechuga de pollo troceada, piña, olivas verdes, pasas y nueces.
- Ensaladilla rusa (sin mahonesa): patata, guisantes, zanahoria cocida, atún, anchoas y olivas. Evitaremos la mahonesa por su pesadez y posible intoxicación si se trata de mahonesa casera.
- Ensalada de lenteja, cuscús y pimiento rojo: lentejas y cuscús cocido, pimiento rojo, tomate y atún.
- Ensalada de arroz: arroz integral cocido, tomate, lechuga picada, maíz, huevo duro, anchoas y olivas negras.
Y entre horas, ¿qué snacks podemos escoger?
Nos interesa prepararles un snack energético, pues como todo padre sabe, los niños no paran quietos ni un minuto en las toallas. Algunas opciones saludables pueden ser la combinación de varios de estos:
- Fruta: la fruta no siempre es bien aceptada, pero si la llevamos troceada en un bol, y bien fresquita suele ser un tentempié al que renuncian, escoged siempre una que les guste a vuestros pequeños, como: melocotón, sandía, melón, cerezas…
- Bocadillo ligero: huiremos de aquellos bocadillos que resulten pesados o que se derritan con facilidad. Podemos optar por un bocadillo de queso fresco, lechuga y tomate, de atún con olivas y pimiento rojo asado, de tortilla de patata… siempre bien refrigerados para evitar contaminaciones oportunistas debido al exceso de calor.
- Yogures: el yogur bebido bien fresquito es una excelente opción, pues suele resultar muy apetecible.
- Frutos secos o semillas: nueces, avellanas, pistachos, almendras, anacardos, pipas de girasol, calabaza… siempre naturales o tostados son una excelente opción que les aportará mucha energía.
- Palitos de pan con semillas: lo ideal es que no estén fritos, sino tostados, en el caso de que así sea, que estén fritos con aceite de oliva. Pueden ser con pipas de girasol, semillas de amapola, sésamo…
- Queso a dados con tomates cherry: un bol de tomatitos troceados con taquitos de queso son refrescantes y apetecibles.
- Olivas: pueden ser un snack muy saludable para tomar junto a otro alimento.
No debemos olvidar la hidratación
¡El agua que no falte! Es importante tener en cuenta el tiempo que se pasará disfrutando del sol, pues debemos llevar agua suficiente, bien fresquita para que los pequeños estén bien hidratados. Si el agua les aburre, no caigáis en el error de llevarles refrescos o zumos envasados, pues aportan un tremendo exceso de azúcar, podéis exprimir una naranja, una lima o un limón para darle un toque de sabor. Cabe destacar la importancia de que el agua no esté excesivamente fría, pues el contraste del frío-calor podría provocarles un corte de digestión.
Es una buena opción preparar con ellos la bolsa de lo que se llevarán a la playa o piscina, incluyendo toalla, chanchas y sus juguetes acuáticos favoritos, pero también escoger la ensalada que más les apetezca y la fruta, y prepararla con ellos, hará que lo coman mucho más a gusto.
LO QUE DEBES SABER…
- Para pasar el día en la playa o piscina deben ser alimentos ligeros y que puedan consumirse fríos, y que sean igual de apetecibles que si se consumieran calientes.
- Las tentaciones que encontramos en el “chiringuito” o el bar de la piscina son muchas: helados, bollería, snacks como las patatas fritas… se presentan casi como únicas opciones para los más pequeños, por lo que la mejor opción será llevarse la comida preparada de casa.
- Nos interesa prepararles un snack energético, pues como todo padre sabe, los niños no paran quietos ni un minuto en las toallas.