Resumen del contenido
Cada vitamina del grupo B tiene sus propias características y se encuentra en distintos tipos de alimentos, favoreciendo cada una de ellas a diferentes procesos.
B1 (tiamina)
Es una vitamina que ayuda a las células a convertir los hidratos de carbono en energía. También es necesaria para el buen funcionamiento del corazón, los músculos y el sistema nervioso. Los alimentos que la contienen son: levadura de cerveza, huevos, frutos secos, legumbres, carne de cerdo y vaca, germen de trigo, leche, soja, pescados y ajo. La leche materna es rica en tiamina. La cocción de los alimentos y el descascarillado de los cereales la destruye.
- Déficit de tiamina: puede causar debilidad, fatiga y alteraciones neurológicas (irritabilidad o depresión). La manifestación más grave sería una enfermedad llamada beriberi (en los adultos).
- Exceso vitamina tiamina: no existe toxicidad conocida por el exceso de tiamina.
B2 (riboflavina)
Es una vitamina que participa en el crecimiento corporal y en la producción de glóbulos rojos. Ayuda también al desarrollo del embrión. La luz destruye esta vitamina, por lo que no se deben almacenar en recipientes de vidrio los alimentos que la contengan. Se encuentra principalmente en las carnes, huevos, champiñones, quesos grasos, pescados, legumbres y cereales.
- Déficit de vitamina B2: su carencia se manifiesta como lesiones en la piel (dermatitis), las mucosas (úlceras bucales y glositis) y los picor ocular, lagrimeo y visión borrosa. También puede producir anemia. Suelen tener carencia de esta vitamina los vegetarianos estrictos o bien la existencia de problemas de absorción intestinal.
- Exceso de B2: no se conoce la toxicidad por riboflavina.
B3 (niacina)
Es una vitamina que interviene en el funcionamiento del aparato digestivo, la piel y el sistema nervioso. También es importante para la conversión de los alimentos en energía. Son poco frecuentes los estados carenciales ya que nuestro organismo es capaz de producirla por sí mismo a partir de una aminoácido llamado triptófano.
Los alimentos que la contienen son: levadura de cerveza, salvado, frutos secos, hígado de ternera, germen de trigo, orejones de melocotón, arroz integral, setas, carne de ave y pescado.
- Déficit vitamina b3: el déficit grave se llama pelagra y se da en estado de desnutrición grave originando: dermatitis, diarrea y demencia. Altas dosis de niacina pueden causar: daño en el hígado, úlcera péptica y erupción cutánea.
B5 (ácido pantoténico) y biotina (B8)
Son vitaminas del grupo B esenciales para el correcto crecimiento y ayudan al cuerpo a descomponer y utilizar los alimentos. Ayudan en el metabolismo de proteínas, hidratos de carbono y grasas.
Se encuentra en una gran cantidad y variedad de alimentos (pantothen en griego significa «en todas partes»). Los alimentos más ricos en ácido pantoténico son las vísceras, la levadura de cerveza, la yema de huevo, pescados, lácteos, legumbres, patata, carne y los cereales integrales.
- Déficit de B5 o B8: la carencia de biotina es común en los niños alimentados con nutrición intravenosa sin suplementos de esta vitamina o niños con el síndrome del intestino corto con diarrea crónica. Los síntomas del déficit de biotina son: dermatitis, alopecia, somnolencia, infecciones por cándidas e hipotonía.
- Exceso de vitamina B5 y B8: su exceso puede ocasionar diarrea.
B6 (piridoxina)
Es una vitamina hidrosoluble que se disuelve en agua y el cuerpo no la puede almacenar. Esto requiere un suministro diario de esta vitamina.
La piridoxina ayuda al sistema inmunitario a producir anticuerpos (defensas) necesarios para combatir las infecciones. También es de suma importancia para mantener una función neurológica normal y formar glóbulos rojos. Es imprescindible para el metabolismo de las proteínas. Se halla en los siguientes alimentos: pescado azul, frutos secos, legumbres, carne de pollo, plátano, huevos y granos integrales.
- Deficit de B6: la deficiencia de esta vitamina produce úlceras en la boca y lengua, irritabilidad, confusión y depresión.
- Exceso de B6: el exceso de vitamina B6 puede causar trastornos neurológicos y entumecimiento de las articulaciones.
B9 o ácido fólico
Es una vitamina del grupo B que trabaja conjuntamente con la Vitamina C y la B12 para ayudar al organismo a utilizar y crear proteínas. También es una vitamina muy importante para la formación de glóbulos rojos y ADN. Es clave en el crecimiento de los tejidos y, durante el embarazo, ayuda a prevenir ciertas malformaciones del sistema nervioso como la espina bífida. Se encuentra en los frutos secos, frutas, verduras de hoja verde, cereales y vísceras de animales.
- Déficit de ácido fólico: el déficit de ácido fólico puede causar retraso del crecimiento, glositis (inflamación de la lengua), úlceras en la boca, úlceras pépticas y diarrea. También puede producir algún tipo de anemia.
- Exceso de ácido fólico: el consumo excesivo no genera ningún daño.
B12 (cobalamina)
Es una vitamina que se encuentra en los huevos, la carne, el marismo y los lácteos. Es imprescindible para la formación de glóbulos rojos, para el crecimiento y la regeneración de los tejidos del organismo. Las dietas vegetarianas estrictas pueden favorecer su carencia.
Su mecanismo de absorción es complicado y precisa una proteína segregada por el estómago que se llama factor intrínseco. El déficit hereditario de esta proteína puede ocasionar un déficit de cobalamina. Otros problemas de absorción intestinal pueden disminuir los niveles de cobalamina como la celiaquía, parásitos intestinales o trastornos metabólicos. Se acumula en el hígado por lo que hay que estar periodos muy prolongados sin su aporte en la dieta para que se produzca un déficit.
Déficit de vitamina B12: el déficit de cobalamina da lugar a la llamada «anemia perniciosa»: disminuyen los glóbulos rojos y en los niños es una enfermedad hereditaria ya que nacen sin el factor intrínseco y el intestino no puede absorber la Vitamina B12. Los niveles bajos de Vitamina B12 pueden ocasionar también: entumecimiento y hormigueo de brazos y piernas, debilidad, diarrea, cansancio, palidez, dificultad para respirar y pérdida del equilibrio.
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