En la etapa escolar es un buen momento para crear hábitos en relación con los temas sociales: comida, comportamiento,… En esta etapa, como en todas, se debe establecer un ambiente positivo para comer y tratar que el niño muestre una actitud positiva respecto a los hábitos de alimentación saludables. El mejor ejemplo de lo que debe hacer en la mesa y de lo que debe comer son sus padres. El niño imitará a los adultos.
Se ha de procurar tener un horario organizado que incluya un buen desayuno, comida, merienda y cena. El niño tiene mucho desgaste durante el día; si se organizan de manera razonable las comidas durante el día se garantizan los nutrientes y las calorías necesarias para afrontar la actividad diaria del niño.
Muchísimos niños acuden a escuelas infantiles o guarderías antes de los tres años. Cuando empieza la escolarización obligatoria también son muchos los que se que quedan en el comedor escolar. Es importante saber, con antelación, el menú que se les ofrece a los niños para poder realizar unas cenas equilibradas y complementarias a lo que se ha comido al mediodía.
Durante esta etapa el niño va manifestando sus preferencias en los alimentos. Es importante ofrecer una alimentación variada y rica que le permita al niño experimentar con diferentes sabores y texturas. La presentación atractiva de los alimentos también puede tener un papel importante en la aceptación de los mismos. En muchos casos el rechazo de un alimento es inevitable y, en otras, se debe a la imitación de lo que el niño ve en sus familiares más cercanos (unos padres que no comen fruta ni verdura diariamente costará que a sus hijos les guste).
Se debe implicar al niño en la elaboración de los alimentos y puede ayudar, en función de la edad, a la preparación de platos sencillos. Esto puede ayudar a la mejor aceptación de la comida.
La comida es un acto social y se debe comer y cenar en familia siempre que se pueda. En el colegio, los niños comen en compañía y en casa también. Es un buen momento para apagar la televisión y comentar cómo ha ido el día. Crear un ambiente alimentario positivo, desde el punto de vista afectivo, es tan importante como dar una cantidad adecuada de nutrientes.
No es una buena práctica premiar o castigar con la comida.
La sobrealimentación típica de los países desarrollados no es saludable ya que se relaciona con enfermedades en la etapa adulta: obesidad, caries o problemas cardiovasculares.
Hábitos recomendados
Los hábitos que se adquieren a esta edad son de vital importancia para el futuro ya que pueden prevenir enfermedades como la obesidad, el colesterol alto o la hipertensión:
- Realizar cuatro comidas diarias: desayuno, comida, merienda y cena.
- No picar entre horas.
- La bebida principal será el agua.
- No abusar de bebidas endulzadas ni snacks.
- Moderar el uso de sal.
- Limitar la bollería industrial.
- Limitar la comida rápida.
- Realizar un buen desayuno: lácteo, fruta y cereal.
- No consumir alimentos delante del televisor.
- Dieta variada y rica en vegetales, fruta y legumbres.
- Educar el saber estar en la mesa.
- Limitar el consumo de carnes, huevos, margarinas y embutidos y aumentar el aporte de cereales, pescado y aceite de oliva virgen.