El corazón de un niño y de un adulto tienen la misma morfología y funcionan exactamente igual. Está compuesto por cuatro cavidades (2 aurículas y 2 ventrículos) y el marcapasos donde se inicia el impulso eléctrico y las vías eléctricas son las mismas. Las diferencias radican en el tamaño y en la frecuencia cardíaca (número de veces que se contrae el corazón en un minuto), siendo en niños pequeños un corazón más pequeño con una frecuencia superior a 100 latidos por minuto, y en la adolescencia un corazón de tamaño similar al del adulto con una frecuencia entre 60 y 100 latidos por minutos.

¿Cómo se origina el latido cardíaco?

El latido cardíaco responde a la contracción de los ventrículos y permite que el corazón bombee sangre a todo el organismo. El impulso eléctrico se origina en un marcapasos (el nodo sinusal) situado en la aurícula derecha. Desde allí se propaga hasta la parte inferior del corazón (ventrículos) a través de unos caminos especiales, nodo auriculoventricular (situado entre las aurículas y los ventrículos) y haz de His (encargado de la conducción eléctrica por los ventrículos), provocando que el corazón se contraiga (latido cardíaco).
Cualquier alteración que altere de impulso eléctrico y, en consecuencia, el ritmo regular de los latidos se conoce como arritmia. Estás pueden ser lentas (bradicardia) o rápidas (taquicardia).

Taquicardia

Se considera taquicardia cuando el corazón va a una frecuencia superior a la esperada para la edad del niño y su situación en ese momento:

  • Menores de 2 años: FC > 160 lpm.
  • Entre 2 y 10 años: FC > 140 lpm.
  • Mayores de 10 años: FC > 100 lpm.

Pueden ser normales o patológicas:

  • Normales: aquellas que responden a determinados estímulos como el ejercicio, la fiebre, anemia, medicación (por ejemplo, salbutamol inhalado) o el estrés. Son las taquicardias sinusales y suelen ser las más frecuentes.
  • Patológicas: aquellas que producen una alteración en el mecanismo normal que regula el ritmo cardíaco.

Las taquicardias supraventriculares (o auriculares) son las más frecuentes en la edad pediátrica, especialmente en neonatos y lactantes, mientras que las taquicardias ventriculares son infrecuentes en la edad pediátrica, pero las más graves.

¿Qué hacer en caso de notar acelerado el corazón de un niño?

Hay que consultar siempre al pediatra en caso de que el niño se queje de palpitaciones o de que los latidos del corazón le “va muy rápido”, dolor torácico, mareo, si tiene sensación de que el corazón “le da un vuelco” o síncope (perdida de conocimiento transitoria), sobre todo si no está en situaciones que lo justifiquen (fiebre, ejercicio, tratamiento de bronquitis, etc.).
Si son pequeños, siempre que el corazón va muy rápido, puede asociar palidez, rechazo de los alimentos decaimiento e irritabilidad.

¿Cómo se diagnostican las arritmias en niños?

Además de hacer una historia clínica y exploración física, el pediatra solicitará realizar un electrocardiograma en reposo y, siempre que sea posible, durante los síntomas, ya que es crucial para el diagnóstico.
Si en el momento de la visita el niño ya no tiene taquicardia, es importante medir y registrar la frecuencia cardíaca, el momento de aparición (posibles desencadenantes), el modo de inicio y fin y su duración.
A veces, el pediatra derivará al niño al cardiólogo infantil para realizar otras pruebas como el Holter, que consiste en registrar el electrocardiograma de forma continua durante 24 horas mientras el niño realiza su actividad habitual. Pocas veces se necesitan otras pruebas (electrofisiología).

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¿Cómo se tratan?

El tratamiento dependerá del tipo de arritmia, de la frecuencia y duración de taquicardia.

Las taquicardias patológicas más frecuentes en niños sin cardiopatía congénita son las taquicardias supraventriculares. Suelen ser paroxísticas, es decir, aparecen y desaparecen de forma brusca. En caso de persistir, se tratan con medicamento antiarrítmico. Si son recurrentes, se pauta un tratamiento antiarrítmico de mantenimiento, diario, para prevenir o disminuir el número de episodios de taquicardia.

Si el estudio electrofisiológico identifica el lugar de origen y el mecanismo de la arritmia, este se puede eliminar mediante ablación con radiofrecuencia o con frío; es un procedimiento curativo, que se suele indicar en niños con peso mayor a 15 kg.

Lo que debes saber…

  • El corazón del niño tiene una frecuencia de latidos superior a la del adulto.
  • La mayoría de las taquicardias en niños son normales o fisiológicas y no producen síntomas.
  • Siempre hay que consultar si el corazón del niño va acelerado y no está justificado por fiebre, ejercicio, estrés, etc.
  • El electrocardiograma es la prueba diagnóstica, y el tratamiento antiarrítmico suele ser puntual para revertir la crisis de taquicardia.