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La flora intestinal es una compañía viva imprescindible para mantener nuestra salud desde el nacimiento. Hasta hace muy poco se pensaba que el intestino del feto era estéril, pero parece ser que hay nuevas evidencias.
Nacemos con flora intestinal
Hasta ahora se pensaba que nacíamos con el intestino estéril (sin flora) y que sólo influenciaba en la flora del bebé el tipo de parto (vaginal o cesárea), la edad de gestación o el tipo de alimentación (lactancia materna o artificial) en la flora del bebé. Con este nuevo descubrimiento, la administración de antibióticos y de probióticos durante el embarazo pueden alterar la microbiota fecal del recién nacido, lo que se ha sugerido que pueda influir en el desarrollo o no de ciertas patologías, como la alergia.
La flora del bebé sufre otro cambio importante cuando empieza la alimentación complementaria o cuando se desteta. En ese momento empieza a formarse una flora de transición hasta llegar a formarse la flora como el adulto, alrededor de los tres años de vida.
Factores que determinan la colonización intestinal
- La flora intrauterina: como acabamos de comentar. Todavía hacen falta estudios acerca de cómo influye la dieta, los fármacos o los hábitos de la madre gestante en el desarrollo del bebé dentro y fuera del útero.
- Parto: un parto por cesárea y un parto vaginal son, en términos de flora, totalmente distintos. Durante un parto vaginal se trasmiten las bacterias vaginales y fecales maternas y se implantan desde el nacimiento en el intestino del recién nacido. En cambio, la colonización de la microbiota intestinal del nacimiento por cesárea es de aparición tardía, de poca proporción y escasa diversidad, respecto al nacido por parto vaginal.
- Edad gestacional: la diferencia en la flora entre un recién nacido prematuro y uno a término está ampliamente demostrada. En el bebé pretérmino la flora es menos diversa, con bajo número de Bifidobacterium y Bacteriodes, pero altos niveles de bacterias potencialmente patógenas.
- Alimentación: la lactancia materna es uno de los principales factores de colonización de la microbiota y favorece la implantación del 85% de Bifidobacterium, y retrasa la implantación de enterobacterias. El cese precoz de la lactancia materna también influye en la flora intestinal, promoviendo bacterias más propias de los adultos. Todo esto pasa porque ciertos tipos de bacterias viven en la leche materna. Una vez que el bebé deja de mamar, aparecen otras bacterias que son más comunes en los adultos, como los clostridios. Sin embargo, bacterias como bifidobacterium y lactobacillus todavía predominaban en la flora intestinal de bebés que han sido amamantados.
- Condiciones ambientales y estilo de vida: parece que la flora puede cambiar en función de las condiciones medioambientales, de pobreza o condición social.
Efectos de los antibióticos en la flora infantil
La flora intestinal de los niños puede verse afectada por diarreas prolongadas, por infecciones, un
Los antibióticos son uno de los avances más importantes en la historia de la medicina, pero su uso irracional y no justificado también tiene efectos adversos.
Estos fármacos no solo matan las bacterias que causan la infección, sino también muchas de aquellas que, simplemente, resultan vitales para el organismo, como las bacterias de la flora intestinal.
Estudios científicos han demostrado que la toma de antibióticos durante los tres años de vida deteriora, desequilibra y empobrece la flora intestinal en los niños alterando negativamente su composición. Ahora se debe estudiar su posible relación con el desarrollo de enfermedades como alergias, diabetes tipo I, enfermedades inflamatorias intestinales y enfermedades autoinmunes.
Cómo favorecer una buena flora en los niños
Estas estrategias son clave para favorecer una flora saludable y equilibrada:
- Alimentación equilibrada de la mamá gestante.
- Favorecer el parto vaginal siempre que se pueda y la lactancia materna.
- Se recomienda la toma de alimentos con alto contenido en bacterias vivas como: lácteos fermentados (yogur o kéfir), chucrut o sopa de miso. Otros alimentos, los que contienen fibras no digeribles, son prebióticos que ayudan a mantener la flora como: ajo, cebolla, zanahoria, puerro, alcachofa, endibia, papaya, membrillo, manzana y plátano.
- El pediatra, en alguna ocasión, puede recomendar la toma de probióticos y prebióticos para lograr una recuperación más rápida y efectiva de la flora cuando ésta ha sido dañada por la toma de antibióticos o por una diarrea prolongada.
Lo que debes saber…
- La flora intestinal la componen 100.000 de microorganismos de 400 especies bacterianas en su mayoría.
- La flora intestinal de los niños puede verse afectada por diarreas prolongadas, por infecciones, una alimentación inadecuada o bien por el uso de antibióticos.
- Se recomienda la toma de alimentos con alto contenido en bacterias vivas como: lácteos fermentados (yogur o kéfir), chucrut o sopa de miso.