Prevención del cáncer oral
Resumen del contenido
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Las localizaciones de cáncer más prevalentes son cáncer colorrectal, mama, próstata, pulmón y vejiga. De ahí el papel importante y decisivo de la prevención, en cualquiera de sus modalidades:
- Primaria (reducir la incidencia de la enfermedad a través de evitar la exposición a determinados factores causales)
- Secundaria (detectar lo antes posible los tumores en personas sanas para modificar la historia natural de la enfermedad)
- Terciaria (enfocada a la rehabilitación física, psicológica y social y mejora de la calidad de vida de las personas para facilitar su reinserción).
Qué prevalencia tiene el cáncer oral
En España, el cáncer oral constituye un 3% de la totalidad de los tumores malignos. La edad media de su diagnóstico gira en torno a los 60 años. Su incidencia aumenta con la edad, de forma que en mayores de 50 años es de suma importancia revisar todas aquellas lesiones que aparecen en la boca y persisten más de dos semanas. El 90% de los tumores malignos primarios en boca es de extirpe escamoso y se ubica en el borde lateral de la lengua. El diagnóstico precoz y el cese de los factores de riesgo modifican exponencialmente su pronóstico y, por tanto, reducen la mortalidad.
Causas
Si bien es de causa multifactorial, los factores de riesgo tienen un papel decisivo (especialmente tabaco, alcohol y exposición al sol). El papel del odontólogo es importantísimo, tanto en la detección precoz como en el de prevención (especialmente primaria, fomentando la higiene y los hábitos y realizando una exploración extra e intraoral de forma periódica).
Cómo se diagnostica el cáncer oral
La exploración extraoral no sólo incluye la zona labial, además debe explorarse la totalidad de la cabeza y el cuello buscando signos que sugieran patología oral como, por ejemplo, la presencia de adenopatías localizadas en ausencia de un proceso infeccioso agudo. Asimismo, debemos explorar asimetrías o alteraciones de la pigmentación.
La exploración intraoral es mucho más compleja pues deben valorarse unas estructuras muy diferentes como pueden ser la encía, la mucosa yugal, la zona labial interna, el velo del paladar, la lengua y las glándulas salivales. Cualquier signo o síntoma debe explorarse sin minimizar importancia (cambios de pigmentación o tacto, alteraciones del gusto, alteraciones en el volumen y calidad de la saliva…). No olvidemos que la mayoría de las lesiones malignas se ubican en las zonas laterales de la lengua, por ello no sólo se debe solicitar al paciente que saque o eleve la lengua, también debemos inspeccionarla y palparla (si es preciso se sujeta la punta con una gasa para facilitar su exploración). En ocasiones debemos ayudarnos de luz adicional o del espejo de inspección posterior de la cavidad (que nos permite visualizar los ángulos posteriores no expuestos totalmente en la cavidad).
La prevención
Prevención primaria
Debemos dar protagonismo a los principales agentes relacionados con el cáncer oral: tabaco, exposición solar y alcohol, cuyo efecto nocivo individual se potencia cuando coinciden en el tiempo. Cualquier forma o tipo de consumo de tabaco supone un factor de riesgo, no sólo fumar cigarrillos, también fumar cigarros o puros y mascar tabaco. Asimismo, no sólo tragarse el humo, también fumar invertido puede dañar el epitelio. Otros factores a tener en cuenta son: edad, mala calidad de esmalte o tejido oral, calidad química de los alimentos ingeridos, prótesis mal ajustadas, ausencia de cuidado e higiene oral, efectos adversos de fármacos, etc.
Es muy importante prestar especial atención a síntomas de nueva aparición sin causa aparente como puede ser un sangrado gingival recidivante, una movilidad de piezas dentarias vecinas en una ubicación concreta, una úlcera que no cicatriza, una dificultad en la deglución, una alteración salival, una parestesia localizada en la lengua…
Prevención secundaria
La prevención secundaria perseguiría la detección precoz de tumores en personas sanas y la modificación de la historia natural de la enfermedad. La detección precoz de lesiones premalignas (como la eritroplasia o la leucoplasia) es determinante en el pronóstico y la supervivencia. El paciente debe estar concienciado de su autoexploración y su decisión de abandono de sus hábitos nocivos (en fumadores el riesgo aumenta entre cinco y nueve veces más, en bebedores habituales aumenta 30 veces más posibilidad de desarrollar cáncer oral o faríngeo.
En caso de detección de una lesión sospechosa, sería la biopsia el método complementario de diagnóstico más socorrido. Toda lesión persistente en boca más de tres semanas debería someterse a una biopsia de despistaje.
El diagnóstico de un carcinoma oral temprano tiene una supervivencia del 80% mientras que en el avanzado es del 35%. Asimismo, el paciente que ha sufrido un cáncer oral tiene un 15% de posibilidad de padecer un segundo tumor primario a los 5-10 años del primero. La supervivencia está directamente relacionada con el diagnóstico temprano, el estadio en el momento del diagnóstico y la prevención. Por ello es muy importante que en cada revisión se les realice un completo examen de cabeza y cuello, incluyendo la laringe.
Prevención terciaria
Se asocia al manejo de las secuelas secundarias al tratamiento del cáncer y al control periódico para prevenir la aparición de nuevas lesiones o tumores.
Lo que debes saber…
- El diagnóstico precoz y el cese de los factores de riesgo modifican exponencialmente su pronóstico y, por tanto, reducen la mortalidad.
- El papel del odontólogo es importantísimo, tanto en la detección precoz como en el de prevención (especialmente primaria, fomentando la higiene y los hábitos y realizando una exploración extra e intraoral de forma periódica).
- El diagnóstico de un carcinoma oral temprano tiene una supervivencia del 80% mientras que en el avanzado es del 35%.
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