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Disbiosis oral: síntomas, test, tratamiento y más

Mujer en consulta dentista
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El desequilibrio en la microbiota oral puede provocar problemas como mal aliento, gingivitis y otras afecciones. Prevenirlo requiere buena higiene bucal y hábitos saludables.
Licenciado en Medicina y Licenciado en Odontología de 

nº colegiado 08/34.34- Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid 1995. Licenciado en Odontología por la Universidad Internacional de Catalunya. Médico consultor de Blog Salud MAPFRE

La disbiosis es el desequilibrio en la microbiota oral, es decir, se trata de la alteración en la composición de las colonias o en la cantidad de microorganismos de ciertas colonias o ambas.

¿Por qué es importante la microbiota?

La microbiota se refiere al conjunto de microorganismos, incluyendo bacterias, virus, hongos y protozoos, que habitan en un ecosistema específico, como el cuerpo humano. La microbiota es especialmente importante en el intestino, pero también está presente en la piel, la boca y otros órganos.

En los últimos años se ha relacionado la microbiota con la digestión y metabolismo, con el sistema inmunológico, con la salud mental, con la síntesis de vitaminas, con el metabolismo de fármacos y con la modulación del peso corporal.

¿Qué causa la disbiosis oral?

Pueden ser diversas, y muchas veces están relacionadas con factores que afectan el equilibrio natural de la microbiota oral. Las principales son:

  • Mala higiene oral: no cepillarse los dientes adecuadamente o no usar hilo dental permite que se acumule placa bacteriana, lo que favorece el crecimiento de bacterias patógenas en detrimento de las bacterias beneficiosas.
  • Uso excesivo de antibióticos: los antibióticos no sólo eliminan bacterias dañinas, sino también las bacterias beneficiosas, esto puede fomentar el crecimiento de microorganismos patógenos o resistentes.
  • Enfermedades sistémicas: diabetes, VIH, enfermedades autoinmunes y otras afecciones que debilitan el sistema inmunológico pueden alterar la microbiota oral, favoreciendo el desarrollo de infecciones y disbiosis.
  • Cambios hormonales: los cambios hormonales durante la pubertad, el embarazo, la menstruación o la menopausia pueden influir en la composición de la microbiota oral, lo que puede causar disbiosis.
  • Consumo de tabaco y alcohol: promueven la proliferación de bacterias y hongos dañinos. Además, estos hábitos reducen la producción de saliva, que es fundamental para el control de la microbiota.
  • Dieta rica en azúcares y carbohidratos refinados: fomenta el crecimiento de bacterias cariogénicas, como Streptococcus mutans, lo que puede provocar caries y alteraciones en la microbiota.
  • Xerostomía (sequedad bucal): la falta de saliva, que puede ser causada por medicamentos, enfermedades o envejecimiento, impide la regulación de la microbiota oral, ya que la saliva tiene un efecto protector al eliminar restos de comida y controlar el crecimiento bacteriano.
  • Estrés: el estrés crónico puede debilitar el sistema inmunológico y alterar la producción de saliva, creando un ambiente favorable para el desarrollo de bacterias patógenas en la boca.
  • Prótesis dentales mal ajustadas o aparatos ortodónticos: los dispositivos dentales que no están bien ajustados o que no se mantienen limpios pueden retener restos de alimentos y bacterias, lo que contribuye al desequilibrio de la microbiota.
  • Cambios en el pH de la boca: un pH ácido, provocado por el consumo excesivo de refrescos, alimentos ácidos o reflujo gastroesofágico, puede alterar el equilibrio de bacterias en la boca y favorecer el crecimiento de bacterias patógenas y hongos.
  • Envejecimiento: a medida que envejecemos, la composición de la microbiota oral cambia, y es más fácil que se desarrollen desequilibrios, sobre todo si hay problemas de salud sistémica o se toman medicamentos crónicamente.
  • Uso excesivo de enjuagues bucales antibacterianos: Aunque los enjuagues bucales antibacterianos son útiles en ciertos casos, el uso excesivo o sin recomendación médica puede destruir tanto las bacterias patógenas como las beneficiosas, alterando el equilibrio de la microbiota.

Hombre con mal aliento

Síntomas de la disbiosis oral

Los síntomas pueden variar dependiendo de la gravedad y duración del desequilibrio, pero los más comunes incluyen:

  • Mal aliento (halitosis): el crecimiento excesivo de bacterias patógenas en la boca puede causar mal aliento persistente.
  • Gingivitis o periodontitis: la inflamación de las encías, que incluye sangrado y dolor, puede ser un signo de disbiosis. En casos más graves, puede evolucionar hacia periodontitis, una enfermedad que afecta el hueso que sostiene los dientes.
  • Caries: las bacterias responsables de la caries dental pueden proliferar si la microbiota beneficiosa está alterada.
  • Infecciones fúngicas: la disbiosis puede favorecer el crecimiento de hongos como Candida albicans (más frecuentes), causando candidiasis oral.
  • Lengua saburral: la acumulación de bacterias y restos en la lengua puede aparecer como una capa blanca o amarillenta, que también está asociada con el mal aliento.
  • Sequedad oral (xerostomía): algunas personas pueden experimentar una disminución en la producción de saliva.

Si reconoces alguno de estos síntomas y crees que puedes estar sufriendo Disbiosis Oral, es esencial consultar a un médico o dentista para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

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Diagnóstico de la disbiosis oral

El diagnóstico de la disbiosis oral generalmente se basa:

  • Examen clínico: el odontólogo u otro profesional de la salud oral examina la cavidad oral en busca de signos como inflamación, enrojecimiento, sangrado de las encías o acumulación de placa.
  • Cultivos microbiológicos: se toman muestras de saliva o tejido oral para identificar un crecimiento anormal de bacterias, hongos (como Candida) o virus.
  • Técnicas de secuenciación genética (PCR): este método más avanzado permite identificar con precisión la composición de la microbiota oral.
  • Pruebas de saliva: la evaluación de la saliva puede mostrar alteraciones en el pH, presencia de compuestos volátiles o cambios en la concentración de proteínas y enzimas que indiquen una disbiosis.

Tratamiento de la disbiosis oral

El tratamiento de la disbiosis oral implica restaurar el equilibrio de la microbiota y tratar las condiciones subyacentes. Las opciones incluyen:

  • Mejora de la higiene bucal: cepillado adecuado al menos dos veces al día, uso del hilo dental para eliminar la placa entre los dientes, enjuagues bucales antibacterianos para reducir la carga bacteriana.
  • Limpiezas dentales profesionales regulares para eliminar el sarro y la placa.
  • Antibióticos o antifúngicos: en caso de infecciones bacterianas o fúngicas identificadas, pueden recetarse antibióticos (como la amoxicilina) o antifúngicos (como nistatina o fluconazol).
  • Probióticos: el uso de probióticos específicos para la cavidad oral puede ayudar a restaurar el equilibrio de la microbiota. Se han estudiado cepas como Lactobacillus y Bifidobacterium para su posible efecto beneficioso en la salud bucal.
  • Cambio en la dieta: reducir el consumo de azúcares y carbohidratos refinados, ya que estos favorecen el crecimiento de bacterias cariogénicas. Incluir alimentos ricos en fibra y probióticos (como yogur natural).
  • Control del pH bucal: el uso de productos que ayudan a equilibrar el pH de la boca, como chicles sin azúcar o soluciones salinas, puede inhibir el crecimiento de bacterias dañinas.
  • Tratamiento de afecciones subyacentes: si la disbiosis está asociada con enfermedades sistémicas como diabetes o un trastorno inmunológico, es fundamental controlar estas afecciones para reducir el impacto en la microbiota oral.

Prevención de la disbiosis oral

La mejor estrategia es prevenir la disbiosis mediante una adecuada higiene oral, mantener un estilo de vida saludable, y evitar el uso innecesario de antibióticos. También es recomendable acudir regularmente al dentista para chequeos preventivos.

Lo que debes saber…

  • La disbiosis es el desequilibrio en la microbiota oral, y una mala higiene oral es una de las causas que pueden producirla, si bien hay otras como el consumo de azúcares, tabaco y alcohol, estrés, sequedad bucal, cambios hormonales, la edad…
  • Realizar un cepillado adecuado al menos dos veces al día, utilizar hilo dental para eliminar la placa entre los dientes, y enjuagues bucales antibacterianos para reducir la carga bacteriana forman parte de las medidas de prevención.
  • También es recomendable acudir regularmente al dentista para chequeos preventivos.
Publicado por Dr. Xavier Vidal Ramón
- 30 Dic, 2024
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