Para diagnosticar bien el dolor abdominal debe hacerse una buena historia clínica, y una exploración física. Deben descartarse los principales problemas digestivos, como gastritis, gastroenteritis o colitis, y nunca olvidar la apendicitis.
Hay varias pruebas complementarias que pueden ayudar en el diagnóstico, como analíticas de sangre y de orina. Las pruebas de imagen que se pueden realizar son la ecografía, tanto abdominal como vaginal, la radiografía de abdomen o bien el escáner o la resonancia magnética. Las endoscopias pueden ser de gran utilidad, entre ellas la gastroscopia, la colonoscopia, la histeroscopia, la cistoscopia o la laparoscopia, según el origen sospechado del dolor.
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Dr. Manuel Ferreiro
Médico de urgencias